lunes, 6 de agosto de 2012

Bienvenidos al show de Usain Bolt


Lo ha vuelto a hacer. Usain Bolt ha vuelto a manejar al público a su antojo, a crear una atmósfera de cierta incertidumbre para volver a demostrar que no es de este planeta. No hubo rival en el hectómetro, tan sólo Usain contra el crono, Usain contra Usain. Volvió a demostrar que la corona y el trono de la velocidad tienen nombre y apellido.


Antes de la prueba, se preveía la mejor final de la historia, la madre de todas las finales. Y no fue para menos. En la pista de Londres hubo marcas, hombres y nombres extraordinarios. Que la peor marca de las ocho que convivían en la final fuese de 9.91, ya era un indicio más que claro de lo que allí se podía vivir. Cuando Yohan Blake, Tyson Gay, Asafa Powell, Justin Gatlin, Ryan Bailey, y, por supuesto, Usain Bolt, campeón olímpico y plusmarquista mundial de la distancia, comparten pista, el espectáculo está asegurado. Hubo además dos invitados de lujo: el trinitense y subcampeón olímpico Richard Thompson, y el holandés Churandy Martina. Ambos partían, a priori, con menos posibilidades, pero nada es descartable en una prueba en la que una centésima puede separar el éxito del fracaso.

Tras el pertinente espectáculo frente a la cámara en cada una de las presentaciones de los participantes, se dio paso a un evento que tardará, al menos cuatro años, en desaparecer de la memoria de los aficionados. Cuando se dio el pistoletazo de salida, arrancó un evento irrepetible. Blake fue el más rápido en reaccionar, pero Gatlin y Bolt tampoco se quedaron atrás. O lo que es lo mismo: con una salida medianamente buena, Bolt tenía poco que temer de sus rivales. Si por algo se caracteriza el ‘Relámpago’, es por una velocidad punta impresionante. Y por la capacidad para mantenerla durante más tiempo que nadie, lo que es aún más importante. Fue así como Bolt, con su amplia y potente zancada, fue superando poco a poco a sus rivales hasta pasar por encima de ellos con una facilidad aplastante. Aunque no pudo con su récord mundial, destrozó la sobrehumana marca que conmocionó al mundo en Pekín 2008, rebajándola en seis centésimas nada menos. La final no decepcionó; Bolt tampoco. Ni Blake ni Gatlin –segundo y tercer clasificado respectivamente– pudieron con él, a pesar de que ambos dieron lo mejor de sí mismos. El jamaicano igualó su mejor marca, los 9.75 segundos logrados en los trials, mientras que el americano rebajó su mejor tiempo en una centésima –9.79 segundos–, pero los 9.63 segundos del gran Usain fueron demasiado. La nota triste de la final la puso el también jamaicano Asafa Powell, que a falta de veinte metros para el final de la prueba, sufrió una lesión en su pierna izquierda que le hizo terminar en última posición con unos estrepitosos 11.99 segundos. Asafa continúa con su maldición en las grandes citas.


La hazaña de Bolt fue increíble: con dos oros consecutivos en los cien metros, igualó el récord del mismísimo Carl Lewis, récord que puede mejorar en los doscientos metros si lograra alzarse nuevamente con el oro. Bolt domina con puño de hierro la velocidad actual. Y de ese hecho, el gran beneficiado no es otro que el atletismo. Sin duda, Usain Bolt es un espectáculo dentro y fuera de la pista, un hombre que regala un sinfín de imágenes espectaculares antes, durante y después de la carrera. Con su aspecto desenfadado y cautivador, Bolt se ha ganado uno a uno a todos los aficionados al deporte. Es uno de los deportistas más mediáticos del mundo, un icono irremplazable que a su vez proyecta la imagen del atletismo por donde quiera que va. Puede que haya alguien que no conozca a Blake, a Gay, o a Gatlin, pero Usain Bolt es conocido en el mundo entero. Por eso, ayer ganó el que debía ganar, ganó un hombre que es atletismo en estado puro. Ganó un hombre que, como él mismo dijo, dio un paso más hacia la leyenda. O más bien, una zancada, como una de esas treinta y cuatro que le llevaron a subirse de nuevo a lo más alto del podio.

PabloG.

2 comentarios:

  1. Gran artículo, Bolt está muy por encima del resto, también lo demostrará en el 200

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    1. ¡Muchas gracias!

      Nunca tuve dudas sobre su victoria en los cien metros y tampoco las tengo para los doscientos. Lo que Bolt hace sobre la pista es magia. Será difícil encontrar un sucesor que esté a su altura, pero de momento, vamos a disfrutarlo.

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