jueves, 13 de diciembre de 2012

El romanticismo hecho fútbol


“Obrigado Lucas”. Con este mensaje se presentaba la torcida de São Paulo en el Morumbí para decir adiós a su ídolo. La ocasión no podía ser mejor: una final de la Copa Sudamericana es algo muy grande, más aún si puede servir para reconocer a un futbolista que ha devuelto al tricolor al primer plano del fútbol continental. Porque Lucas Moura siempre fue un futbolista diferente, incatalogable e imparable. Ayer le tocó sufrirlo al Tigre de Gorosito, la gran revelación del torneo. Es un equipo pequeño, pero lleno de orgullo y extremadamente inteligente. Trató de llevarse el partido a su terreno; quiso parar el preciosismo brasileño con marrullería y desquicio. Quizá era la única forma de llevarse el partido, pero tampoco funcionó.


Ambos equipos libraron una guerra en el campo. Se vieron balonazos, patadas y codazos por todas partes. Pero algo seguía brillando por encima de todo: el talento de Lucas. Su partido fue como esa flor que brota en medio de la destrucción. Un gol y una asistencia en menos de media hora para proclamarte campeón de Sudamérica, no hay mejor ni más romántica forma de despedirte del equipo de tu alma. Nada ni nadie pudo pararlo. Ni siquiera con el tabique roto después del brutal codazo que le propinó Orban sacó de su cabeza al balón, la portería y sus compañeros. Demasiado ágil, demasiado bueno para seguir en Brasil. París le espera y Ancelotti le necesita. Quizá sea ese factor diferencial que le permita pasar por encima del resto de equipos franceses, aunque parezca una broma de mal gusto teniendo en cuenta el presupuesto del equipo parisino. Lucas no fue una excepción: más de cuarenta millones hicieron que el equipo de Ibrahimovic y compañía tuviera preferencia sobre otros colosos como Manchester United, Real Madrid, Juventus o Chelsea.


São Paulo y Lucas Moura separaron sus caminos con un título de por medio, el primero para el futbolista brasileño en su corta carrera profesional. Fue una fantástica recompensa para un jugador genial y una gran fuente de optimismo para afrontar esta etapa de transición que se ha abierto con su salida. Será difícil que el equipo vuelva a ser el mismo sin él, pero de talento precisamente es de lo que menos carencia hay en esta plantilla. Ganso, Luis Fabiano, Denílson (hasta junio) y Jádson son sustento de sobra para mantener el nivel que ha ofrecido este São Paulo campeón de Sudamérica. Pero una cosa está más que clara: Lucas Moura es un futbolista impresionante.

PabloG.

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