sábado, 1 de diciembre de 2012

El partido del año


Mientras en España todo el mundo sigue pendiente del derbi madrileño, en Alemania se jugó el partido de la jornada en Europa. Tampoco sería una locura referirse a él como el partido del año. No cabe duda de que el espectáculo que han ofrecido Bayern de Múnich y Borussia Dortmund ha sido fascinante. El partido nunca ha tenido un dominador claro: mientras el Bayern dominaba el esférico, el Dortmund era indiscutiblemente mejor en el aspecto táctico. El planteamiento que realizó Jürgen Klopp fue muy similar al que se vio en los dos partidos que enfrentarona su equipo con el Real Madrid, arriesgado a la par que brillante. Existen pocas formas de parar a esta apisonadora llamada Bayern de Múnich, pero esta no es sólo una de ellas, sino que es la más eficaz. Sacrificó a Götze, Reus y Blaszczykowski en defensa con el fin de que los bávaros no se movieran con soltura y aprovechar al máximo las contras. El resultado no pudo ser mejor: Schweinsteiger fue el futbolista que más kilómetros corrió y el que menos contacto tuvo con el cuero.


Este Bayern es sideral. Que su máximo competidor tenga que recurrir a entregarle el balón para poder defenderse lo deja bien claro; que ese equipo sea el Borussia Dortmund, uno de los mejores equipos de Europa en cuanto a juego, hace aún más fascinante la hazaña. Nunca perdieron lo hombres de Heynckes el control del partido durante la primera mitad y lo hicieron muy poco durante la segunda. Fueron muy superiores, y si no llega a ser por Weidenfeller, seguramente hubieran ganado el partido. El veterano portero aurinegro firmó una actuación extraordinaria. Con el uno a uno y el partido en un puño, abortó un mano a mano con Kroos, sacó un balón de la escuadra a Müller y evitó el gol de Javi Martínez con un inverosímil vuelo de poste a poste. Y todo ello en dos minutos, lo que va del ochenta y seis al ochenta y ocho.


Tanto dominó el Bayern que el primer gol no hubiera sido una sorpresa de no ser por su increíble belleza. Kroos recibió en la frontal, dribló a dos defensas y se la puso imposible a Weidenfeller. Fue el colofón a un año sensacional: ha pasado de no jugar a ser un pilar tanto en el Bayern como en la selección alemana. Parecía que la victoria local sería un hecho, el público cantaba a rabiar celebrando el estar a catorce puntos del Dortmund, una distancia insalvable. El fino y duro trabajo táctico de los hombres de Klopp no serviría de nada. O sí. Sólo un hombre pudo darle sentido al tremendo partidazo que estaba haciendo su equipo, y ese fue Mario Götze. La fulgurante promesa –y realidad– alemana no su puso nerviosa en el área. Controló con el pecho un rechace y tuvo todo el tiempo del mundo para cruzarla con la izquierda y firmar un golazo.


Eso sí, el partido también tuvo su parte negativa: tanto Bayern como Dortmund perdieron a uno de sus centrales por lesión. Subotic tuvo que retirarse a diez minutos del final debido a unos dolores en el abductor. Peor suerte corría Holger Badstuber, que se perderá lo que resta de temporada. El potente zaguero bávaro se quedó clavado en el césped después de una finta de Götze y su ligamento cruzado dijo basta. Deberá permanecer alrededor de seis meses de baja. Quizá llegue a tiempo para celebrar el alirón de su equipo. Al menos hoy su tristeza será menor sabiendo que siguen a once. Pocas veces en los últimos años se ha visto un Bayern tan completo. Está llamado a hacer historia.


PabloG.

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