lunes, 25 de junio de 2012

Andrea Pirlo, el precursor del 'Dolce stil novo'


En la noche de ayer, Italia logró el último pase a las semifinales en la tanda de penaltis a costa de la pragmática Inglaterra de Roy Hodgson, que finalmente recibió su merecido. Y no es que no se conciba ese fútbol donde la efectividad prima sobre la brillantez, sino que Italia barrió a los pros desde el minuto uno al ciento veinte con un juego pocas veces visto en una selección tan tradicional como la italiana. Bien es cierto que Italia no siempre fue una selección defensiva, pero ¿qué fue antes el huevo o la gallina? Como la pregunta no tiene respuesta, mejor centrémonos en lo ayer acontecido, que no fue poco, porque los que tuvimos la suerte de ver el partido podremos contar algún día a nuestros hijos y nietos que vimos sobre el verde a un futbolista único: Andrea Pirlo.

Quizá ahora mismo no le demos la magnitud de importancia que merece la exhibición que dio ayer el ‘21’ frente al férreo centro del campo inglés, pero puede que esas imágenes se nos vengan a la memoria si por algún casual Gianluigi Buffon terminara levantando la copa el próximo domingo. Y es que si Italia está en semifinales es gracias a la magia que sale de las botas de Andrea, capaz de contagiar a un grupo y a toda una nación con un par de toques a la pelota, porque si esta selección juega como juega actualmente es debido a tres factores fundamentales: la supremacía de España en el fútbol mundial, la valentía de Cesare Prandelli, y, sobre todo, el talento de Pirlo, el único jugador cuya calidad ya sobresalía entre el músculo de la Italia del ‘catenaccio’ y la pieza angular del actual proyecto que parece caminar con buen pie. No nos olvidemos que Pirlo siempre fue la rosa en el desierto de equipos tan toscos como el que acabó siendo campeón en Alemania 2006, por lo que se le puede considerar el precursor de esta escuela.

Recuerdo que el año pasado me frotaba las manos cuando comenzó a sonar como futurible para el Málaga, sólo de pensar en poder disfrutar en vivo de sus brochazos de calidad. Finalmente terminó decantándose por la Juventus en una de las decisiones más acertadas de su carrera, ya que en Turín ha vuelto a vivir una segunda juventud de la mano de Conte como director de orquesta de un equipo bianconero que sabe a lo que juega y que se ha coronado campeón de la Serie A y subcampeón de la copa italiana con tan sólo una derrota en toda la temporada en Italia, precisamente en la final del torneo del K.O. frente al Nápoles. Por eso no es de extrañar que llegue a esta Eurocopa pletórico y en un estado de forma excepcional para llevar a la Azzurra a lo más alto, y no cabe duda de que lo logrará si sigue rindiendo de la manera que lo hizo frente al combinado inglés, porque Andrea fue el mejor jugador del encuentro de principio a final. Y, seguramente, si se hubiesen jugado un par de partidos más después, también. Pero no se conformó con ser el canalizador ofensivo de Italia desde la medular y con sembrar el pánico entre sus rivales con cada pase, por inofensivo que fuese. No, el bresciano quería entrar en la historia de la máxima competición europea de naciones por la puerta grande, por eso asumió la responsabilidad en la tanda de penaltis en el momento justo, después del fallo de Montolivo. No había margen de error y él lo sabía, pero es tanta la confianza que tiene en su clase que no le tembló el pulso a la hora de engañar a Hart y a todos los espectadores, regalándonos un toque sutil que entró con suavidad en la portería a la vez que como un cuchillo en la moral inglesa. El resto ya lo puso el bueno de Gianluigi, otro que tal baila.

Pero volvamos a ponernos en la situación de que Italia fuese la campeona de este precioso torneo que estamos viviendo. ¿Caerían en saco roto las exhibiciones de Pirlo, o por el contrario no sería descabellado que presentara su candidatura al próximo Balón de Oro? Sin duda, el tiempo nos dará la respuesta.

PabloG.

4 comentarios:

  1. Excelente como describes a Pirlo, y es que ese partido que jugó ayer es de esos que se dan rara vez. Podría compararse con el de Zidane contra Brasil el 2006 o el de Ozil contra Inglaterra en el último mundial.
    Realmente Pirlo es la joya del futbol italiano.

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    1. Muchísimas gracias, pero creo que es imposible describir a jugadores como Pirlo con palabras, ellos mismos se describen con pequeños detalles como ese penalti para la historia que nos dejó en el momento más crucial del torneo para su selección. La verdad es que sí, que me recordó a ese Zidane de 2006 que a falta de físico abrió el tarro de las esencias para llevar, una vez más, a su selección a lo más alto, sin ser esta nada especial y con una media de edad considerable. Mejor pinta tiene esta Italia, con jugadores jóvenes a la vez que contrastados. Veremos que ocurre, seguro que si no quedan campeones, por Pirlo no será.

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  2. Da la impresión de que Italia ha seguido los pasos de Alemania en modernizar su juego adaptando el estilo español a las características nacionales. Si eso es más que un espejismo, la formidable Mannschaft podría sufrir un descalabro y perderse la final. De hecho Alemania ha sido eliminada por Italia toda vez que se enfrentaron en la fase KO de un torneo mayor. Honestamente, eso lo espero tan poco como una derrota de España ante Cristiano Ronaldo. Posible es -desde luego- cualquier cosa.

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    1. La verdad es que me parece estupendo que los viejos tanques de guerra pasen por el lavacoches de vez en cuando y se engalanen con un ambientador de pino nuevo, pero siempre sin borrar el escudo al que defienden. No creo que Alemania se deje sorprender por Italia, más que nada porque no espero que Italia se muestre tan alegre como frente a Inglaterra. Además de que este juego italiano lleva a penas un año o dos de rodaje y el alemán ya va para cuatro. Lo mismo opino de la otra eliminatoria, en la que creo (y espero, por el bien del fútbol y de los que queremos leer prensa deportiva tranquilamente) que España eliminará a Portugal, pero quién sabe, si por algo es grande este deporte es porque aquí no manda la racionalidad, sino los sentimientos.

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