miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pequeñitos pero matones


Parecía una utopía a principios de temporada, pero ya es una realidad. Por encima de Milan, Zenit y Anderlecht –con el orden aún por definir–, el Málaga es primero de grupo. Y lo es una jornada antes de que acabe la fase de grupos gracias a su empate en San Petersburgo, en un partido de infarto. Probablemente fue el partido más disputado de cuantos jugó el Málaga en Champions. Con una salvedad: se plantó en la fría Rusia con un equipo plagado de suplentes, y las diferencias con el equipo de gala del Zenit, salvo en algunos lances de la segunda mitad, fueron prácticamente inexistentes. Llama poderosamente la atención este dato. Más que nada por lo que sufrió el multimillonario equipo ruso frente a los menos habituales de un equipo en el que el dinero parece haberse esfumado repentinamente. Sumó otra hazaña a su larga lista el equipo de Pellegrini.


Es complicadísimo jugar en Rusia. El clima, el cambio horario, el largo viaje… todo influye en contra del equipo visitante. Por eso cualquier conjunto que tenga que desplazarse a tierras rusas firmaría un arranque como el que tuvo el Málaga. En un solo minuto se puso dos goles arriba ante la incredulidad de los hinchas locales. En el minuto ocho, Seba entró por la derecha, puso el balón raso al área, Santa Cruz la dejó pasar y Buonanotte, que llegaba desde atrás, sólo tuvo que empujarla tras controlar. Segundos más tarde, una pérdida absurda del portero Malafeev llegó a los pies de Santa Cruz y el paraguayo la puso a la frontal para que Seba marcara a placer. Así de simple. Con dos aguijonazos, el Málaga puso San Petersburgo patas arriba. Una ciudad que, por cierto, no necesita una chispa demasiado grande para que se encienda su mecha. Con pie y medio fuera de los octavos de final tras una inversión de cien millones en Hulk y Witsel este verano, el clima no es especialmente recomendable en la ciudad. Seba y Diego no costaron tanto, ni son tan fuertes ni glamurosos, pero fueron capaces de aprovechar muy bien sus ocasiones.


No incomodó en exceso el Zenit. Las mansas llegadas de Hulk y Kerzhakov fueron fácilmente solventadas por un Caballero en estado de gracia. Pero todo cambió cuando entró en juego la auténtica estrella de este equipo. Tampoco costó barato en su momento –treinta millones por un semidesconocido futbolista portugués proveniente del Dynamo de Moscú–, pero ese dinero ha quedado ampliamente amortizado con su rendimiento en el campo. Es el factor diferencial de este equipo que tanto lo ha echado de menos durante su larga lesión de rodilla. Destrozó al Málaga por la izquierda asociándose con Hubocan. De hecho, tras el descanso elaboraron el tanto ruso entre los dos. Danny inició la jugada, se fue hacia el corazón del área y controló el pase del eslovaco para batir a Caballero con un disparo cruzado. El cambio de rumbo del partido se palpaba en el ambiente.


Fue desinflándose poco a poco el Málaga. Perdió frescura en la circulación y se desconcentró en exceso en defensa. La entrada de Weligton por Demichelis restó jerarquía a la zaga. El Zenit aprovechó estos minutos de confusión para llegar con peligro. Una jugada de Kerzhakov finalizó incomprensiblemente en el lateral de la red tras driblar a Caballero. Y poco más. Salvo alguna jugada aislada de Danny, el Zenit tampoco ofreció demasiado. Se notaba la calidad que posee de medio campo en adelante, pero nunca se plasmó en el partido. Hulk y Kerzhakov lucharon por su cuenta y Witsel tampoco se encargó de aglutinarlos demasiado. Son las penurias de un equipo configurado para ganarlo todo, las consecuencias de no haber sabido llevar con mano izquierda una situación en teoría beneficiosa para todos.

Sacó ventaja ante esta situación de caos el Málaga para calmar el partido. Ganó el centro del campo y Buonanotte tuvo el tercero en sus botas. No lo logró esta vez el pequeño futbolista argentino y las consecuencias no pudieron ser peores para el Málaga. En una contra por la derecha, el recién incorporado Bystrov vio puerta, pero su compañero Danny la sacó en boca de gol. No perdonó Fayzulin para poner el empate. A raíz de este momento pudo pasar de todo. Pudieron ganar los dos equipos, de hecho Buonanotte volvió a tener el triunfo en sus botas, pero el marcador no se volvió a mover. El Málaga sacó el punto más importante de su historia de San Petersburgo. El Zenit aún puede tener opciones alguna opción de pasar, pero el clima se hace insostenible. El fiel reflejo fue la expulsión de Bystrov con el partido ya terminado. Parece una broma si tenemos en cuenta las diferencias que existen entre uno y otro equipo. El pez pequeño esta vez se comió al grande. El sueño debe continuar.


PabloG.

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