sábado, 10 de noviembre de 2012

Fragancia de campeón


Hay rachas, momentos de forma que pueden decidir una liga. El que atraviesa este Bayern de Múnich tiene toda la pinta. Volvió a ganar, esta vez en el Allianz Arena frente al sorprendente Eintracht de Frankfurt. No fue un partido sencillo, pero el equipo de Jupp Heynckes volvió a sacar los tres puntos gracias a una nueva exhibición de oficio y de hambre de triunfos. No quieren que se vuelva a repetir lo del año pasado; no quieren volver a ser segundos en todas las competiciones. De momento, van por buen camino, y no sólo por cuestiones estadísticas, sino también de sensaciones. Han progresado mucho como equipo desde el año pasado y los nuevos jugadores no han tardado mucho en acoplarse a la filosofía del club bávaro. Ahora este equipo, aparte de arrollar físicamente, también sabe tocar el balón con paciencia.


Uno de los futbolistas que mejor representa el cambio es Javi Martínez. El ex jugador del Athletic está realizando una notable temporada en Alemania hasta el momento. Era sin lugar a dudas la pieza que añoraba este Bayern y que por fin tiene. Un futbolista fuerte, correoso, agresivo y que se suma al ataque con facilidad, pero que además tiene en su depurada técnica su principal virtud. Da equilibrio y sentido al Bayern al lado de un eufórico Schweinsteiger que está siendo la principal estrella del equipo. El alemán lleva ya seis goles en lo que llevamos de temporada. Ha superado ya su registro del año pasado y no tiene otra explicación más que su óptima condición física. Una vez superado su calvario de lesiones, el santo y seña del Bayern está liderando a su equipo tanto en ataque como en defensa. Sin este fabuloso centro del campo, el Bayern no estaría donde está ahora.

Fue un ciclón el Gigante de Baviera durante la primera mitad del partido. Empujó hacia su campo al Eintracht y lo acosó a base de fuerza y suaves balones a la espalda de la defensa. A pesar de ello, fue incapaz de materializar ninguna de sus ofensivas por dos motivos: su escasa puntería y el enorme partido de Kevin Trapp. Robben no estuvo fino de cara al gol en todo el encuentro, falló innumerables ocasiones de uno contra uno y fue incapaz de aumentar la ventaja de su equipo. Y contagio a su equipo, lo que es peor. Pero no sería justo restarle mérito a Trapp. El joven portero alemán fue el sostén de su equipo y realizó varias intervenciones de muchísimo mérito que terminaron por desesperar al Bayern, aunque no pudo evitar lo inevitable. En una rápida contra, Javi Martínez pisó área por la parte izquierda y le puso una asistencia magnífica a Ribèry que el galo empujo en boca de gol para hacer el primero al filo del descanso.


El Bayern dominó el encuentro, pero el Eintracht hizo mucho daño al equipo de Heynckes con sus armas. Replegado atrás para no sufrir una goleada, cada vez que salía a la contra era una amenaza. Fue importante Rode a la hora de las transiciones defensa-ataque, pero Meier e Inui fueron los que llevaron el peso del juego ofensivo. Entre el mediapunta alemán y el japonés pusieron en aprietos al todopoderoso Bayern con jugadas rápidas y eficaces. Fueron un reflejo de lo que pretende ser este Eintracht: el tapado de esta Bundesliga que complique las cosas a los grandes. Una versión algo modificada –y sobre todo sin un jugador tan decisivo como Reus– del Mönchengladbach del año pasado. Lo intentaron siempre y tan sólo el larguero pudo evitar que el remate de cabeza de Meier hiciera la igualada al poco de la reanudación, pero sobre todo contribuyeron a que el partido se pusiera precioso, con alternativas en ambas porterías.


Con el partido tan apretado, volvió a tirar de oficio el Bayern. Se adentró en el área Schweinsteiger y Demidov lo derribó en una acción poco clara. Alaba no perdonó la ocasión de sentenciar un partido y dar una nueva victoria al Bayern, que domina con puño de hierro la Bundesliga. Parece difícil que esta situación vaya a cambiar en un futuro próximo. Sin duda, huele a campeón.

PabloG.

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