sábado, 1 de septiembre de 2012

La historia del mejor delantero del mundo


Un jugador puede ganar un partido, un equipo gana campeonatos. Esa es una de las máximas de todos los deportes colectivos. Pero Radamel Falcao está por encima de cualquier máxima, o quizá sea la excepción que confirma la regla. El partido que realizó el colombiano fue legendario, uno de esos que los aficionados al fútbol recordarán para siempre. Pocas veces se ha visto a un jugador tan aplastantemente superior al resto, y mucho menos en una final de la Supercopa de Europa. Pero Falcao en las grandes ocasiones se crece. No existen barreras que puedan pararle ni separarle de su objetivo. Ni siquiera el Chelsea, vigente campeón de Europa. El equipo de Di Matteo fue un juguete en manos del ‘9’ rojiblanco, que hizo lo que quiso con él. Ya a los cuatro minutos, había estrellado un remate en el larguero en lo que parecía un inicio arrollador de los colchoneros. Pero no fue sólo eso, sino el comienzo del partido soñado por el aficionado atlético. Con tres zarpazos más, todos ellos antes del descanso, el tigre dejó el partido encarrilado. El primero llegó en la jugada posterior al remate al larguero, cuando definió a la perfección un contrataque vertiginoso con un preciso y pausado toque picado ante el que ni Cech ni David Luiz pudieron hacer nada. Pero Falcao siempre quiere más, nunca tiene suficiente. Por eso continuó buscando un nuevo gol que dejara las cosas mucho más claras. Lo logró de la mejor forma posible: con un soberbio latigazo con la pierna izquierda que se coló por la escuadra de Cech. Recordó al tanto logrado por el colombiano en la final de la Europa League contra el Athletic, también en las consecuencias. En ese momento los rojiblancos y el tigre se crecieron, elevaron su nivel hasta límites insospechados, y la culminación fue el último golpe maestro de Falcao. Cuando Arda Turan inició la contra, sabía como quería que terminara. Por eso fue paciente y esperó hasta que Falcao apareció en el área. Y no se equivocó. A un minuto para el final del primer tiempo, Falcao culminó una jugada de ensueño con su tercer tanto del encuentro. Pudo haber logrado un cuarto, pero se estrelló en el poste. Dejó claro que es uno de los mejores jugadores del mundo. Dejó claro que es el mejor delantero del mundo.


Pero el Atlético no sólo vivió del acierto de Falcao. Realizó uno de los mejores partidos de su historia y llevó peligro en todas y cada una de sus aproximaciones al marco de Petr Cech. Y todo ello gracias al enorme partido que realizó Arda Turan. El turco marcó el tempo y dirigió con un acierto notable cada una de las acciones ofensivas del equipo de Simeone. Pero si algo marcó la diferencia en el partido, aparte de Falcao, esa fue la implicación del Atleti. El equipo se dejó la piel en el campo y no cesó de correr en los noventa minutos. Ahí jugaron un papel decisivo Koke, Mario Suárez y Gabi. Cuando la fatiga comenzó a castigar al tigre, el Atleti no se deshizo, y además pudo aumentar su ya abultada ventaja, gracias a la inteligencia de Miranda, que aprovechó un balón suelto a la salida de una falta lateral. Fue la puntilla a un partido perfecto.


Mientras tanto, el Chelsea se sentía impotente ante el despliegue Atlético. Parece increíble que un equipo que es el actual campeón de la Champions y que se ha reforzado de manera extraordinaria este verano con jugadores de la talla de Hazard u Oscar, se vea maniatado ante un rival, a priori inferior. Torres tuvo un gris rencuentro con el equipo que le vio nacer como futbolista; Hazard y Ramires primero y Oscar después, se diluyeron en el centro del campo colchonero; se desaprovechó el talento de Mata haciéndole trabajar en la línea de medios… Pero lo más sorprendente es que muestre unos desajustes defensivos tan graves, cuando precisamente fue eso, la defensa más sólida de Europa, la que le llevó a alzarse con el mayor cetro continental. Ahí, el equipo de Di Matteo se vio desbordado por los acosos rojiblancos, que siempre se vieron con superioridad. Y sobre el resto estuvo Falcao, el buque insignia de este Atlético supercampeón de Europa por segunda vez en tres años. Neptuno debe sentirse orgulloso de este fabuloso equipo.


PabloG.

6 comentarios:

  1. Buen artículo, saludos desde Colombia.

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    1. ¡Muchísimas gracias! ¡Qué suerte tenéis de tener a Falcao en la selección!

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  2. muy buen articulo, lei tu comentario en marca y entre. Te recomiendo que entres a ole.com.ar y diarios argentinos para darte a conocer, escribis bien para ser gallego (con todo el respeto)
    Saludos desde Argentina!
    exitos con el periodismo!

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    1. ¡Muchas gracias!

      Probaré a publicitarme por ahí a ver que tal.

      ¡Saludos!

      PD: Me hace muchísima gracia que nos llaméis gallegos. Es, más o menos, como si nosotros os llamáramos a todos vosotros cordobeses.

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  3. Buen artículo!! Como dices, incomprensible que el Atlético desarbolara de esa manera al Chelsea en defensa, cuando fue la solidez de la zaga la que le llevó a ganar su primera Champions. Para mí los de Di Matteo quedaron en evidencia y quedó demostrado que ese buen hacer defensivo estuvo sustentado más por la fortuna y las intervenciones de Cech que por otra cosa. Por otra parte, es increíble lo de Falcao. Él solito ha hecho olvidar a dos jugadorazos como Kun y Forlán. El mejor nueve del mundo no lo sé, pero está entre los cinco más buenos seguro. Saludos!

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    1. ¡Muchas gracias!

      Sí, ha cambiado mucho el equipo en defensa, pero creo que la clave no está en la zaga, sino un poco más adelante. Y es que Drogba tenía un peso incalculable en el equipo, más si cabe en defensa. La culminación fue el partido que se marcó en el Camp Nou. Ahí quedó claro que habría un antes y un después de Drogba.

      Lo de Falcao es impresionante. Un futbolista que se crece en las finales y en las grandes ocasiones, que es capaz de tirar de su equipo siempre, sea cual sea su rival, no tiene precio y es lo que cualquier entrenador querría tener en su equipo, le pese a quien le pese. Si no es el mejor delantero del mundo lo parece. Bajo mi punto de vista no tiene rival. Sólo el infravaloradísimo Mario Gómez puede hacerle sombra. Pero claro, es cuestión de gustos.

      ¡Saludos!

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