Duelo de Premier entre los dos
conjuntos más dominantes de los últimos años, el Chelsea, actualmente en la
lucha por la Champions, recibía al Manchester United, segundo y con un partido
menos con respecto a su eterno rival, el Manchester City. El partido era uno de
esos que no necesitan motivación extra para ofrecer un gran espectáculo. Un
espectáculo que, por otra parte, se hizo de rogar.
Primer acto de hastío
El United se presentó en Stamford
Bridge con la idea de colocarse de nuevo líder, confiando su juego ofensivo en
Ashley Young, que regresaba al once, Valencia, Rooney yWelbeck. Por su parte,
el Chelsea confió sus goles al triunvirato formado por Sturridge, Mata y
Torres, pero la novedad de su once no se hallaba en la delantera, sino en el
centro del campo, donde Essien partía como titular, en detrimento de Oriol Romeu.
El partido comenzó sin un claro
dominador, aunque con escasas ocasiones para ambos conjuntos. El United creaba
sus ocasiones debido a la movilidad de Welbeck y al talento de Rooney, y, tras
una combinación entre ambos jugadores, los red devils contaron con su mejor
ocasión, pero Ivanovic logró cruzarse en el último momento para evitar el tanto
de Welbeck. Por su parte, el conjunto blue solamente contó con dos ocasiones
claras de peligro sobre el área de De Gea, una un disparo de Sturridge al que
el madrileño respondió muy bien, y la otra el gol londinense, que llegó tras un
impresionante eslalon del propio Sturridge por la línea de fondo, y que culminó
con un centro atrás que golpeó en Evans y se coló el la portería del United.
Tras esto, tres disparos peligrosos de Young, Welbeck y Rooney respectivamente,
a los que Cech respondió de manera notable, poniendo fin a un primer tiempo en el
que ninguno de los dos equipos hizo mérito para llevarse la ventaja, pero el
Chelsea tuvo más suerte.
Segunda parte de infarto
Pero el segundo acto comenzó de
manera trepidante, ya que en los primeros segundos, Fernando Torres centró
perfectamente un balón desde la banda derecha para que Mata fusilase a De Gea
en el segundo palo sin dejar botar el balón, un golazo impresionante que
otorgaba una mayor ventaja a los blues. Una ventaja que se ampliaría tan solo
cinco minutos más tarde, cuando David Luiz conectó un cabezazo que, con ayuda
de Ferdinand, se introdujo al fondo de las mallas del guardamete español, tras
una falta lateral botada por Mata. EL Chelsea lograba el tercer tanto y
sentenciaba el partido… O lo hubiera hecho, si el equipo rival no vistiese de
rojo y se apodaran los red devils. Porque con la entrada de Chicharito, el
partido se revolucionó a base de penaltis: el primero en el minuto cincuenta y
seis, cuando Sturridge derribó a Evra y Rooney no perdonó, batiendo a Cech por
la izquierda, y el segundo, en el minuto sesenta y ocho, cuando Ivanovic
desequilibró, supuestamente, a Welbeck y Rooney volvió a batir a Cech, esta vez
por la derecha. En diez minutos, el United había logrado volver a meterse en el
partido, y no se daba por vencido, porque después de varias ocasiones, en el
minuto ochenta y tres Chicharito consiguió introducir en la portería londinense
el tanto de la igualada tras un gran centro de Ryan Giggs. Tras el gol del
mejicano, el partido se abrió aún más de lo que ya estaba, y el Chelsea se
volcó completamente sobre la meta del Manchester, pero entonces se erigió la
figura de David De Gea, que con dos paradones soberbios a sendos disparos de
Cahill y Mata, en especial este último, logró darle el empate a su equipo, que
aunque poco útil, sabe a gloria como consecuencia del transcurso del encuentro.
ALINEACIONES
Chelsea: Cech; Ivanovic, David
Luiz, Cahill, Bosingwa; Essien, Meireles, Malouda; Sturridge, Mata, Torres.
Manchester united: De Gea; Rafael, Ferdinand,
Evans, Evra; Carrick, Giggs, Valencia, Young; Welbeck, Rooney.
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