Clásico copero en el
Santiago Bernabéu. El vigente campeón, el Real Madrid, recibía a
su eterno rival, el Fútbol Club Barcelona. Un duelo apasionante
entre los dos mejores equipos de España y probablemente del mundo,
siempre lleno de alicientes y de emociones fuertes. En definitiva, el
duelo por excelencia con el valor añadido de ser una eliminatoria
copera.
La efectividad
madridista volvió a relucir
El Madrid comenzó el
partido replegado atrás y esperando a su rival, para aprovechar los
posibles huecos que se originaran en la defensa culé con rápidas
galopadas de sus delanteros. José Mourinho elaboró un complejo
sistema defensivo, acumulando a muchos jugadores en el centro como
Alonso, Pepe, Lass, Carvalho, Ramos o incluso en muchas ocasiones los
laterales Altintop y Coentrão, lo que limitaba mucho los movimientos
de los jugadores rivales, que siempre se hallaban en inferioridad.
Por su parte, el Barcelona se mostraba incómodo en el campo, con
posesiones excesivamente cortas, debido a las numerosas imprecisiones
de sus futbolistas, en especial de Alves, demasiado acelerado a la
hora de atacar. De hecho, a los diez minutos y tras una rápida
salida madridista, Benzema envió un balón a Cristiano Ronaldo, el
cual aprovechó que Alves se encontraba demasiado adelantado para,
tras una galopada, quebrar a Piqué y batir a Pinto con la izquierda.
El Madrid se adelantaba pronto, el plan de su entrenador iba viento
en popa. Tras el gol, el conjunto blaugrana no se rindió, y contó
con varias ocasiones claras de poner las tablas en el marcador, como
un cabezazo in extremis de Alexis al larguero, o dos paradas de
Casillas a Iniesta y Messi respectivamente, pero ninguna de ellas
logró mover el marcador.
La constancia del
Barça dio sus frutos
La segunda mitad comenzó
de la mejor manera posible para el Barcelona, ya que tras un
magistral saque de esquina botado por Xavi, Puyol logró conectar un
espectacular cabezazo en plancha, en una jugada muy similar al tanto
que logró el capitán blaugrana frente a Alemania en el mundial de
Sudáfrica. El Barça devolvía las tablas al marcador con cuarenta y
dos minutos por delante. Tras la reanudación, los pupilos de
Guardiola salieron con mayor hambre de victoria que en la primera
mitad y dominaron el esférico desde el primer minuto. El equipo culé
pasó de las cortas e infructíferas posesiones de la primera mitad a
realizar jugadas muy extensas y que inquietaron en más de una
ocasión al cuadro merengue, como un disparo de Iniesta que se
estrelló en la madera o un remate de Busquets que se marchó por
poco, entre otras. Y aunque los merengues tuvieron una clarísima
ocasión, tras un remate de Benzema al palo, la defensa del Barça
mantuvo a raya a los delanteros madridistas. El Madrid se ahogaba en
su campo mientras que su rival campaba a sus anchas. Y en estas, en
uno de los pocos balones que Messi, muy inactivo durante todo el
encuentro, tocó con peligro, puso a Abidal un talentoso balón para
que el francés fusilara a Casillas y diera la victoria a su equipo.
Excesiva dureza
merengue y lamentable espectáculo de Pepe
Aunque durante toda la
primera mitad el Real Madrid trató de trabar el juego, fue
especialmente a raíz del primer gol culé cuando los merengues
comenzaron a confundir la intensidad con la dureza, con varias
entradas que rozaron la legalidad. El conjunto blanco comenzó a
acusar el cansancio y se sentía impotente, algo que se vio reflejado
en algunas jugadas bastante violentas, como por ejemplo, la dura
patada de Carvalho a Messi en una contra del argentino. También
Messi fue protagonista de la jugada más triste y fea del encuentro,
cuando el portugués Pepe, que ya había realizado alguna entrada más
dura de la cuenta, piso intencionadamente la mano del argentino
cuando este se hallaba en el suelo. Posteriormente, Coentrão también
la tuvo con Messi, empujándole la cabeza cuando ambos estaban en el
césped.
El planteamiento de
Mourinho pasó factura
Para este encuentro, José
Mourinho eligió un sistema 4-3-3 con muchos jugadores de corte
defensivo sobre el césped y basando las oportunidades de su equipo a
la contra. Durante la primera mitad, el planteamiento del luso rozó
la perfección, ya que los madridistas siempre se encontraban en
superioridad a la hora defender, lo que incomodaba al Barça y le
hacía perder el cuero con cierta facilidad, impidiéndole crear
ocasiones claras de peligro. Además, a ésto hay que sumarle el
tempranero gol de Cristiano Ronaldo, logrado tras una diligente
salida al contragolpe merengue y que proporcionó a los blancos una
ventaja de un tanto al descanso. Pero tras la reanudación, el
cansancio y el buen hacer blaugrana pusieron en evidencia el
planteamiento del portugués, ya que el Madrid en los momentos clave
se mostró como un equipo excesivamente duro y falto de creatividad
en el centro del campo, debido a que esa posición estaba ocupada por
dos centrocampistas de corte defensivo y un central. Si a ésto le
añadimos que el único arma merengue, el contraataque, fue
inexistente, debido a que el Barcelona contaba con larguísimas
posesiones, estaba bien situado y que el Real Madrid se quitaba la
pelota de encima cada vez que la agarraba, tenemos el porqué de la
derrota madridista.
En resumen, victoria culé
que le proporciona ventaja sobre su eterno rival en la eliminatoria
de Copa. El Barça, a pesar de no realizar su mejor encuentro, logró
una importante victoria en casa de su eterno rival, aunque sufrió
bastante durante la primera mitad, ya que tuvo que remontar un 1-0 en
contra. Por su parte el Madrid tuvo mucho temple en la primera mitad,
pero acusó el cansancio y la falta de creatividad en el segundo acto
y se tornó excesivamente duro con su rival.
ALINEACIONES
Real Madrid: Casillas;
Altintop, Ramos, Carvalho, Coentrão; Pepe (79' Granero), Lass (65'
Özil), Alonso; Ronaldo, Higuaín (65' Callejón), Benzema.
FC Barcelona: Valdés;
Alves, Puyol, Piqué, Abidal; Busquets, Xavi (86' Thiago), Iniesta,
Cesc (88' Cuenca); Alexis (81' Adriano), Messi.
PabloG.
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