El traspaso de
Mata al Manchester United es la secuencia acelerada de poco más de año y medio
de fútbol en los que se han producido muchos cambios. Juanín significa la
apuesta de dos grandes entrenadores para llevar a la gloria sus proyectos con
dos estilos de juego diametralmente opuestos. Se enfrenta a su gran reto.
Todavía retiene
nítidamente en su memoria aquellos instantes. En realidad, no ha pasado tanto
tiempo como para olvidarlo. Pero aquellos momentos no se le borrarán de la
mente en la vida. Era sábado por la noche. Tarde. Demasiado tarde para su
gusto, teniendo en cuenta cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Es
curioso, apenas ha pasado año y medio y ahora parece una eternidad. Significa
una etapa anterior, una huella más en ese camino que ahora se abre enigmático
ante sus ojos. Cómo han cambiado las cosas.
Un gol de
Drogba en el último minuto del tiempo reglamentario significó la prórroga. Un
gol de Drogba en el último penalti de la tanda significó la gloria. El fútbol
coronaba al Chelsea como rey de Europa por primera vez en su historia. Y también
a Juan Mata, cuya carrera vestido de azul comenzó de la mejor manera posible.
Ahora, una vez finalizada, podemos concluir que su paso por Stamford Bridge fue
corto, pero intenso y prolífico. Fue pieza clave en las dos temporadas más
mágicas de la historia del Chelsea, en las que, primero de la mano de Di Matteo
y después de la de Benítez, conquistaron la Champions y la Europa League. De
hecho fue nombrado mejor jugador blue en ambas temporadas.
Ahora ya nada
de eso importa. Comienza una nueva vida, un nuevo Mata aparece en escena. Le
aguarda un equipo destrozado, sin ánimo y demasiado lejos de sus objetivos.
Nada de eso le desanima. Es más, lo afronta como un reto. Le sirve de
motivación. Le motiva vestir esa gloriosa camiseta roja que tantas veces ha escrito
con letras doradas la historia del fútbol. Lucirá el número 8 en su espalda y
ya es historia de su nuevo club. Aún sin disputar un solo minuto. Los 45
millones de euros por los que se cerró su traspaso suponen la mayor cantidad
jamás pagada por el Manchester United.
Mourinho y el
mediapunta perfecto
Sus últimos
meses en el Chelsea fueron complicados. No es fácil para un jugador de su talla
pasar a un segundo plano de la noche a la mañana. El regreso de Mourinho al
club lo condicionó todo. El choque entre el portugués y el español fue
demasiado fuerte. Existió el caso Mata; pero fue una cuestión
estrictamente futbolística. Simplemente, la idea futbolística del técnico no
casaba con las cualidades del jugador. Sin embargo, su actitud fue inmejorable
hasta el último día. Mata conocía perfectamente el escenario y, a pesar de
ello, continuó trabajando para agradar a su entrenador y ser útil a su equipo.
En lugar de rendirse, utilizó la situación para crecer como futbolista y
aportar a su juego tonalidades que le faltaban en su paleta.
Si Mata no
consiguió hacerse un hueco en los planes de Mourinho fue porque otro futbolista
enamoró al portugués. El preparador de Setúbal encontró en la plantilla un
diamante. Oscar, al contrario que Mata, pasó de ser el eslabón más débil de la
cadena blue a convertirse en el eje principal de este nuevo
Chelsea. El brasileño es un futbolista enérgico y muy trabajador. Al contrario
que el de Mata, su fútbol se caracteriza por su verticalidad, su alto ritmo y
su gusto por las largas conducciones. Más arriesgado. Además tiene una
deliciosa pierna derecha que resulta muy productiva cuando golpea desde la
frontal del área. Es el mediapunta perfecto. Perfecto para Mourinho. Incluso
más perfecto que Sneijder u Özil, que alcanzaron el pináculo de sus carreras a
las órdenes del luso.
Al rescate de
un equipo a la deriva
Mata, amigo de
las recepciones en corto y de establecer estrechos vínculos con sus compañeros
por medio del balón, no tenía sitio en un fútbol tan directo. Por eso aceptó el
reto que le presentó el United. Los diablos rojos han acusado más de lo
previsto la transición entre Ferguson y Moyes, y se han estancado en la mitad
de la clasificación mientras ven como pasan las jornadas. Tampoco podrán
maquillar la temporada con la FA Cup o la Copa de la Liga, pues ya fueron
eliminados. Y en la Champions, en primer lugar deberán superar el cruce con el
Olympiakos para avanzar en una competición en la que no figuran entre los cinco
favoritos al título.
Los principales
problemas del United están en el mediocentro. Echan demasiado en falta a un
futbolista que acompañe a Carrick y les dé sentido a su juego. En ese sentido
Juanín no será la solución a sus problemas, pero los red devils tampoco
pretendían que lo fuera. Su zona del campo está bien cubierta por futbolistas
como Rooney, Nani, Valencia, Kagawa o el emergente Januzaj. Sin embargo, su
fichaje responde a otras necesidades. Mata llega a Manchester para ser el
estímulo del equipo, ese rayo de esperanza que sirva para reconducir la situación.
Ese futbolista de talla mundial que palie la preocupante falta de talento de la
plantilla, sin importar demasiado que haya que reconfigurar los esquemas para
que se encuentre cómodo.
Mata es la
apuesta de David Moyes. El escocés sabe que está en el filo de la navaja y se
ha aferrado al talento del burgalés, un futbolista a priori ideal para su idea
de fútbol. Como Oscar para Mourinho. Era la gran opción del mercado.
Cómo pueden
cambiar la vida y el fútbol en poco más de año y medio. De ser el mejor futbolista
del campeón de Europa, a ser un actor secundario y regresar al primer plano en
otro equipo al que le urge el talento. Es el gran reto de Mata, la oportunidad
perfecta para demostrar que vale hasta el último penique que han pagado por él.
La ocasión ideal para reencontrarse con su fútbol y devolver al Manchester
United al lugar del que nunca debió salir.
PabloG.
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