jueves, 3 de enero de 2013

Demba Ba y el duro gol de Londres


Parece que, salvo algún imprevisto de última hora, Stamford Bridge será el destino del delantero senegalés del Newcastle, Demba Ba. Veintinueve goles en cincuenta y cuatro partidos, y trece de ellos en los veinte choques que ha disputado en la Premier League esta temporada, han sido un argumento de sobra convincente para que el equipo de Abramovich, dirigido desde el banquillo por Rafa Benítez, se haya decidido por su contratación. Los blues necesitan enderezar cuanto antes el camino: eliminados en primera ronda de la Champions, están a catorce puntos del actual líder de la liga inglesa, el Manchester United, aunque con un partido menos. Demba Ba puede ser el revulsivo que necesitan, pero de nada servirá todo lo que haya logrado hasta hoy. Si algún equipo ha demostrado a lo largo de la última década que los delanteros no pueden vivir únicamente de su nombre, ese ha sido el Chelsea.


Adrian Mutu, Hernán Crespo, Mateja Kezman, Eidur Gudjohnsen, Claudio Pizarro, Nicolás Anelka, los fenomenales –y fenomenalmente caros– Andriy Shevchenko y Fernando Torres, y el recién salido rumbo a Liverpool, Daniel Sturridge tienen algo en común: no cumplieron las expectativas. A todos les avalaba una brillante trayectoria en sus anteriores equipos, algunas incluso coronadas con numerosos e importantes títulos colectivos e individuales, pero ninguno cuajó en Stamford Bridge. Demba Ba sabe bien a lo que se enfrenta; sabe que su andadura londinense no será un camino de rosas, pero existe un precedente que le invita al optimismo: Didier Drogba, el futbolista más grande de la historia del Chelsea y máximo responsable de la primera y única Champions League que posee el equipo inglés en su palmarés. Será difícil que Demba Ba consiga ponerse a la altura de semejante leyenda blue, pero nada es imposible.

La lista de la compra de Abramovich para este mercado invernal era no demasiado extensa y muy concisa. Se manejaban tres opciones para el puesto de delantero: la primera, el regreso del belga Lukaku, actualmente cedido en el West Brom donde está firmando una buena temporada, pero al parecer, al potente delantero de ascendencia congoleña no le seducía demasiado la idea de volver a ser un futbolista secundario. La segunda y la más ilusionante para los aficionados del Chelsea era el regreso del ya mencionado Drogba, que se encuentra sin equipo después de rescindir su contrato con el Shanghai Shenhua, aunque parece que prefiere no regresar a Londres para no estropear el buen sabor de boca que dejó a la grada tras la final de Múnich. La tercera era Demba Ba. ¿Qué se puede sacar en claro conociendo estos tres nombres? El Chelsea, Abramovich y Rafa Benítez necesitaban un estilo de delantero que no tenían hasta ahora y que se ha echado en falta en muchos momentos de la temporada: un portento físico, un futbolista veloz y potente a partes iguales, capaz de resolver un partido por pura fuerza. Si Demba Ba se asienta en la capital, será vital en este equipo.

Pero ¿y Torres? ¿Podrá acompañar al senegalés en la punta de ataque? Sí y no. Este fichaje sirve también para apretar las tuercas al fuenlabreño, que aunque últimamente ha recuperado algo su olfato goleador bajo la tutela de su gurú Benítez, sigue sin ser ese delantero determinante por el que Roman Abramovich desembolsó sesenta y cinco millones de euros hace justamente dos años. La llegada de Ba puede servir, o para darle el salto de calidad que necesita, o para cavar definitivamente su tumba como blue. No olvidemos que el nombre de Radamel Falcao viene sonando con fuerza desde hace algún tiempo. Pero esto no quiere decir que Torres y Demba Ba sean incompatibles, que haya que elegir entre uno u otro. Compartirán muchos minutos en el campo, especialmente cuando los marcadores sean adversos y, en principio, el titular es el español. Ese es el objetivo del Demba Ba, hacerse un hueco en el once y un nombre en Stamford Bridge; luchar contra las adversidades y la presión que conlleva ser el delantero centro del Chelsea. En definitiva, triunfar. Y condiciones no le faltan.

PabloG.

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