Un
pequeño detalle es capaz de hacer cambiar completamente y de forma irreversible
el rumbo de un partido. Cuestión de fútbol. Uno de los ejemplos más claros de
la historia se vio ayer en Sevilla, con las poco pobladas gradas del Sánchez
Pizjuán como testigos de excepción: el Málaga pasó de estar acorralado por el
Sevilla a ganar el partido con holgura con un simple cambio de apreciación. No
varió la actitud, no varió la intención, tan sólo la posición de un futbolista.
Pellegrini dio en la tecla con lo que en un primer momento se interpretó como
una excentricidad. Volvió a demostrar por qué es uno de los mejores
entrenadores del mundo con una jugada maestra.
Nada
resulta más incómodo al Málaga que tener a Negredo enfrente. Dos goles anotados
y uno originado la temporada pasada dan fe de ello. Esta vez no fue una
excepción: el vallecano se mostró muy superior a Weligton en el uno contra uno
y Demichelis poco pudo hacer para mejorar la situación. A los tres minutos, ya
había estrellado un balón en el poste en una jugada en la que se cantó gol en
Nervión. Enchufó al Sevilla, dueño y señor del encuentro a gracias a su
intensidad, su carácter y lo que es más sorprendente, a la posesión. Parece mentira
que un equipo como el de Míchel sea capaz de someter a otro como el de
Pellegrini a base de posesión, pero lo cierto es que el dominio fue aplastante.
Las ocasiones se sucedían y el primer gol se intuía pero no se terminaba de
concretar. No había prisas, quedaba todavía un mundo por jugar. Con esta
actitud, al Sevilla le haría falta poco más para vencer a un Málaga cuya pobre
imagen casi asustaba.
Pero
la fina capa de pesimismo malaguista y optimismo sevillista no permitía ver la
realidad. El Sevilla dominaba técnicamente; el Málaga lo hacía en el aspecto
táctico. Además, cada vez que lograba encadenar cuatro pases seguidos dejaba a
su rival sin argumentos. Necesitaba un empujón para demostrar definitivamente
que el partido podía ser suyo: en el descanso, Pellegrini decidió dar entrada a
Sergio Sánchez por Iturra. El exsevillista pasó a ocupar el eje de la zaga y
Demichelis el centro del campo. Ofensiva, control y victoria, en orden
cronológico. El argentino tardó poco en aclimatarse a su nueva posición.
Seguramente sirvió de ayuda el primer gol malaguista que él mismo logró a la
salida de un córner. A partir de ahí, no hubo más Sevilla. Siguió manejando el
balón, pero con apenas peligro.
Negredo
no volvió a recibir un balón peligroso en lo que quedó de encuentro y Míchel
comenzó a desesperarse. Quemó sus naves, en parte obligado por la lesión de
Rakitic. Llegó a plantear un 4-3-3 con Manu del Moral y Reyes como integrantes
del centro del campo, pero tampoco hubo tiempo para comprobar si era un acierto
o un fracaso. Un balón largo de Sergio Sánchez permitió a Joaquín ganar
limpiamente en velocidad a Fazio, que lo derribó en el área. Penalti, expulsión
y gol de Eliseu. Hasta aquí el partido. Lo que se vio en los últimos veinte
minutos fue un abuso, una humillación en toda regla. Cánticos de “¡Míchel, vete
ya!” se mezclaban con los olés de la hinchada malaguista. Son las cosas de los
derbis. La situación del Sevilla cada día es más crítica. A veces por la
suerte, otras por la actitud… pero lo cierto es que ni siquiera su dominio
sirvió para ganarle a un Málaga que se afianza en la cuarta plaza. Quizá
algunos cambios no les vengan tan mal.
PabloG.
Personalmente creo que el Sevilla merecio mas, fue un autentico vendabal delante de una defensa malaguista que sufrió bastante delante de Negredo, aunque el que perdona lo paga...
ResponderEliminarRespecto al penalti de Fazio, creo que no lo es ( no por la falta que es claríssima en la que Fazio comete un error de cadete) creo que el agarrón empieza un pelín antes de llegar a la línea del area.
aunque si el Sevilla juega asi durante el resto de la temporada no tendra problemas en cumplir sus objetivos.
un saludo Pablo :)
Xavier Carrasco.
Merecer mereció más, eso está claro. Acorraló al Málaga en la primera mitad y pudo meter más de tres. Pero perdonó, y el Málaga se rehizo. No estaba haciendo un mal partido tácticamente y supo explotar sus virtudes en la segunda parte. Después, Demichelis sentó cátedra en el ceentro del campo y mató el partido.
EliminarEn cuanto al penalti, no sabría decirte porque no he vuelto a ver imágenes al respecto más que las del partido. A mí en directo me pareció, y en las repeticiones que vi, también.
está claro que con esta actitud el Sevilla llegará lejos. Lo que no tengo tan claro es que Míchel sea el ideal para llevar a este equipo al lugar que merece.
Un saludo Xavi, un placer que te pases por aquí de vez en cuando.