Este
Málaga enamora cuando juega. Y no sólo eso, sino que también está enamorado de
su público y del fútbol. Ayer lo dejó claro con una lección de juego para el
recuerdo en el mejor escenario posible: la previa de la Champions. El equipo de
Pellegrini fue una versión mejorada del equipo que Joaquín Peiró diseñó para el
disfrute de los malaguistas, la obra más grande de la historia de La Rosaleda. No
se arrugó ante la gran ocasión. Al contrario, dio un paso al frente y jugó como
nunca. Desplegó el mejor juego de su historia, jugando como un grande durante
una hora, y supo ponerse el mono de trabajo para dejarse la piel en el campo
como el equipo más humilde durante la media hora final. Además, quedó claro, de
paso, el compromiso que tienen todos los jugadores con la camiseta albiceleste,
esa que quieren pasear por los mejores campos de Europa.
El
equipo malacitano está perfectamente compensado. En la portería, Caballero es
un seguro de vida. Salvó al Málaga en sus momentos más críticos con dos
intervenciones para el recuerdo que dejaron la eliminatoria viento en popa.
Tampoco se quedan atrás los centrales Weligton y Demichelis: aparte de mostrar
una gran solidez defensiva, un remate tras un saque de esquina del primero
propició un gol de pillo del segundo, el primero del Málaga en la historia de
la Champions. Cabe destacar también a los laterales Gámez y Monreal, que
recorrieron la banda durante los noventa minutos sin descanso, creando peligro
en cada una de sus zancadas. En especial destacó el navarro, omnipresente tanto
en ataque como en defensa. Demostró su nivel de Champions. Como también lo hizo
el centro del campo malaguista. Laborioso y creativo, incombustible y preciso.
Así fue el partido de Maresca. Sobre él descansó el peso ofensivo del equipo
con una perfecta labor de enlace entre la defensa y la mediapunta. A su lado,
Toulalan dio un clínic de como jugar de mediocentro. Apagó todos los fuegos del
equipo e incendió al rival cuando quiso. Lo hizo todo, y todo bien. Málaga
jamás podrá pagarle su trabajo. Pero la fantasía de este equipo reside en la
mediapunta, donde Isco y Joaquín –uno de los más comprometidos con el equipo– dejan
volar su imaginación para terror de sus rivales. Una jugada de ensueño al
primer toque entre Isco y Maresca desencadenó el segundo y definitivo tanto
malaguista. Tras el centro del de Arroyo de la Miel, apareció imparable en el
punto de penalti Eliseu para fusilar a Karnezis. El Málaga demostró que tiene
buen toque y gol. Y a falta de un delantero de renombre, Fabrice, uno de los
mayores valores emergentes de la liga y que ayer puso en serios aprietos a todo
un subcampeón del mundo como Boumsong. Pero, sin duda, el mejor jugador del
partido fue la afición, que se dejó la garganta como nunca con su equipo. ¿Quién
se acuerda de la alineación de éste equipo el año pasado? Probablemente todavía
haya alguien que eche de menos a Rondón o a Cazorla, pero seguramente no vio el
partido de ayer.
El
Panathinaikos fue un juguete en manos del Málaga durante la primera mitad y
parte de la segunda. Fue incapaz de contrarrestar el vendaval futbolístico que
exhibió el Málaga. Pero cuando el equipo de Pellegrini comenzó a acusar el
esfuerzo realizado durante la hora de juego anterior, dio un paso al frente
para intentar sacar provecho de esa circunstancia. Coincidió también con la
entrada de Christodopoulos, el mejor futbolista del conjunto heleno y que
necesito diez minutos de aclimatación. Una vez superado ese tiempo, hizo jugar
a sus compañeros y trasladó el peligro al área de Caballero, que respondió con
nota. Poco más pudieron ofrecer los griegos. Pellegrini le ganó la partida a
Ferreira otra vez. Ya lo hizo una vez cuando lo echó del banquillo de La
Rosaleda y ayer la historia volvió a repetirse, esta vez dentro del campo. El
chileno es el capitán del barco que necesita este equipo que cada día hace
sentir más orgullosos a los malaguistas y malagueños.
PabloG.
Es una crónica muy detallada, pero llena hasta la exageración de lugares comunes en la expresión. Si me permites el consejo, intenta ser más original al escribir.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu participación! Estoy de acuerdo en que uso muchas expresiones típicas del ámbito futbolístico, algo que debo mejorar, aunque no es fácil. Lo que no me parece tan correcto es el uso de anglicismos injustificados como "lugares comunes" en lugar de utilizar otras expresiones en castellano.
Eliminar¡Saludos!
Con respecto al otro comentario que me has dejado, creo que por encima de los fallos que tanto tú como yo podamos tener en la escritura, está el respeto. Si no quieres seguir entrando en mi página, no puedo hacer nada para evitarlo. Es tu decisión. Pero que una cosa quede bien clara: yo escribo para que tú y quien sea que entre aquí se entretenga y pase un buen rato con el deporte, no para que se entre aquí a faltarme el respeto. Y menos sino se da la cara y se comenta a través de un anónimo. Por si no sabes a lo que me refiero, estoy hablando de la coletilla del final de tu comentario.
EliminarUn saludo y gracias por tu participación en mi blog.
PabloG.