El
veintiocho de agosto será recordado para siempre por los malaguistas como la
fecha más importante y más gloriosa de su historia. Será día festivo para el
fútbol andaluz y motivo de alegría para el fútbol español. Ahora se puede
gritar a los cuatro vientos que el Málaga es de Champions. Mañana, todo el malaguismo
estará pendiente de la gala de la UEFA para conocer el resultado del sorteo más
ilusionante de la historia. Y eso será gracias al esfuerzo y sacrificio
realizado ayer por uno de los mejores equipos de Europa en un campo complicadísimo.
Siempre es difícil ganar en Grecia, aunque se sea muy superior al rival. Pero
lo cierto es que parece que al Málaga le sienta bien el infierno heleno. De
momento, se mantiene invicto en sus dos visitas oficiales a Atenas: una
victoria por uno a cero al AEK en la temporada 2002/03 de la Copa de la UEFA, y
el cero a cero más importante de la historia logrado ayer.
El
Málaga demostró ser un equipo sólido. En un partido en el que la posesión de
balón estuvo más disputada que nunca, los malaguistas supieron reinventarse y
cerrar las líneas del centro del campo y la defensa. Para ello fueron vitales
las imperiales actuaciones de Demichelis, Weligton, Camacho y, por supuesto, Toulalan.
Especialmente destacados estuvieron los centrocampistas, que realizaron un
partido soberbio y fueron el centro de
gravedad del equipo. Fueron omnipresentes durante noventa minutos, y eso el
Panathinaikos lo resintió. Los griegos tan sólo pudieron crear peligro en dos
aproximaciones por la banda izquierda, en las que los centros de Spyropoulos
fueron la mayor baza ofensiva de los de Ferreira, que se perdieron entre la
maraña defensiva diseñada por Pellegrini. Porque el Málaga ayer salió a
defender su ventaja. Y lo hizo a la perfección, con balón o sin él. Eso sí, sin
renunciar a un gol que estuvo muy cerca en más de una ocasión. De esa faceta se
encargaban Isco, Joaquín, Eliseu y Fabrice, muy implicados también en las
tareas defensivas y de presión. Eso es lo mejor de este equipo, que todos se
dejan la piel en el campo.
Los
delanteros malaguistas fueron una pesadilla para la defensa del PAO. Los avances
de Joaquín fueron prácticamente imparables para una defensa que exhibió todas
sus carencias tanto en la ida como en la vuelta. Y todo por mérito del conjunto
malacitano. Tan sólo el juego duro era capaz de frenar a un Málaga que parecía
que tenía la eliminatoria cuesta arriba. No cesó de atacar en todo el partido y
debió haber logrado una recompensa mayor. Primero fue una contra con
superioridad malaguista en la que Juanmi se lio con el balón cuando todo estaba
de cara para marcar; luego, Camacho sí perforó la red, pero el colegiado anuló
el tanto por un fuera de juego que después se demostró que no existió.
Pero
la euforia de los aficionados malaguistas se desató con el pitido final.
Entonces fue cuando realmente se comprendió la magnitud de lo logrado. Ahora
esperan grandes equipos como el Milan, los Manchester, el Chelsea, el Bayern…
Equipos con los que el Málaga compartirá cartel por mérito propio. Porque,
ahora con todas las de la ley, el Málaga es de Champions. Bienvenidos al sueño
europeo.
PabloG.
Bien amigo, muy buena crónica sigue así, intenta darle un poco mas de propaganda por Marca.com que están todos ahí metidos, un abrazo y mucha suerte dale duro :)
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
EliminarSí, eso intento, promocionarme, pero no me resulta muy fácil. Muchas veces me denuncian los comentarios en Marca y por eso me quitan la cuenta, así que tengo que hacerlo con prudencia y poquito a poco. De todas formas ya me voy ganando mi público, que entra sin necesidad de que me promocione, y eso es una enorme noticia y un avance magnífico. Les estoy muy agradecido.
Espero que tú también te sigas pasando por aquí muchas veces más.
¡Un abrazo!