Continúa
sin encontrar la senda de la victoria el Málaga. Por cuarta jornada
consecutiva, el equipo de Pellegrini no logró obtener los tres puntos. Esta vez
sacó un empate del Reyno de Navarra, lo que supone una leve mejoría con
respecto a las dos derrotas anteriores frente a Rayo y Real Sociedad. Pero lo
que más preocupa es que el equipo no transmite lo mismo que a principios de
temporada. Le falta creatividad, velocidad, determinación… Altas dosis de Isco,
en definitiva.
“A
lo mejor le estamos dando una categoría a Isco que no tiene capacidad de
poseerla por juventud”, dijo Pellegrini en la rueda de prensa anterior al duelo
de Pamplona. Volvió a acertar de pleno el Ingeniero. Mientras unos piden a
gritos su convocatorias para la selección absoluta, el arroyero atraviesa su
momento más bajo de la temporada. No está fino últimamente, no le salen las
cosas. Y los férreos marcajes de estrella mundial que le realizan los equipos
rivales, tampoco favorecen a su lucimiento. El jugador necesita descanso,
reposo y tranquilidad para recuperar sensaciones.
Pero
no sólo de Isco depende el Málaga; también del gol, que se resiste más que
nunca. Saviola hoy, más que soluciones, ofreció problemas. Cayó una y otra vez
en la trampa del fuera de juego, privando a su equipo de buenísimas
oportunidades que hubieran sido aprovechadas si hubiese prestado más atención a
los movimientos. Tampoco la entrada de Santa Cruz solucionó la papeleta. El
paraguayo pasó casi desapercibido en el encuentro y no realizó ni un remate a
puerta. Con Joaquín implicado en las tareas de elaboración y de ruptura de la defensa
rojillo –trabajó que realizó muy bien–, el que más cerca estuvo de obtener el
premio fue Portillo, pero su venenoso disparo fue respondido por una mano
soberbia de Andrés Fernández a la base del poste.
Esta
jugada estuvo precedida por la polémica del partido. Lamah volvió a meter el
balón al área de Caballero después de que la zaga malaguista lo despejara a la
salida de un córner. Estuvo listo Kike Sola y aprovechó el envío de su
compañero para rematar al fondo de la red de cabeza, pero Estrada Fernández
entendió que estaba en posición adelantada y anuló mal el gol. Ese fue el único
error de Willy Caballero. Si el Málaga salió con algo de Pamplona, fue gracias
al fantástico meta argentino.
El
trabajo de Osasuna fue excepcional. Realizó un partido intensísimo, con una
magnífica presión en el centro del campo que desactivó completamente al Málaga.
Raoul Loe puso la fuerza, Sisi y Cejudo la creatividad. Iba llegando a rachas
Osasuna, siempre con Kike Sola como estandarte del peligro. Tuvo el tanto en la
cabeza en la reanudación. Volvió a sacar una mano asombrosa Caballero para
quedarse con el balón. Pero la jugada crucial del partido llegó mediada la
segunda mitad. Esta vez el meta argentino se tuvo que ver las caras con Cejudo.
Frente a frente, en un duelo a pistola. Willy fue más rápido, o quizá más
paciente. Sacó la pierna y evitó el triunfo osasunista. El resultado fue justo,
pero el Málaga debe ofrecer más si quiere estar entre los primeros de la tabla.
Ahora espera la fría Rusia. El viaje continúa.
PabloG.
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