Doce
años lleva el Madrid sin ganar en Alemania. Y la culpa de que esta negra racha
continúe después del partido del miércoles la tiene la imagen de arriba, en la
que se puede observar a Xabi Alonso totalmente fuera de su posición iniciando
el juego desde la defensa. El problema que esta imagen presenta no es culpa del
propio Xabi Alonso, sino más bien del hecho de que cuando Jürgen Klopp jugó a
ser Mourinho, Mourinho no supo a qué jugar. El Madrid se sintió incómodo con el
balón en los pies en todo momento. Contó con grandes ocasiones –como no, ante
todo es el Real Madrid–, pero llegaron siempre en jugadas aisladas. No fue
capaz de darle ritmo al juego. Y fue por culpa del gran trabajo táctico que
hizo Jürgen Klopp y que sus hombres representaron a la perfección sobre el
césped.
Se
puede apreciar con claridad el principal cometido del Borussia Dortmund:
ejercer una presión asfixiante sobre el núcleo de creación del Real Madrid,
formado por Xabi Alonso y Özil, y al que, tras la lesión de Khedira, se unió
Modric. Para eso, Götze, Reus y Grosskreutz, hombres altamente ofensivos,
debieron sacrificarse en tareas defensivas para encimar a los mediocentros
madridistas. Esto permitió que Kehl y Bender se permitieran el lujo de
permanecer en la retaguardia cortando una posible línea de pase, u ofrecer
alguna ayuda defensiva a los mediapuntas si era necesario.
Pero
este plan no funcionó durante los noventa minutos. El Madrid alguna que otra
vez se aproximó al área, lógicamente. En ese momento, el Dortmund se replegaba
en su campo juntando las líneas del centro del campo y la defensa para dejar,
sin contar al portero, hasta ocho jugadores tras el balón, a los que habría que
añadir al mediapunta –en este caso, Götze– que se quedaba en zona de
vigilancia. Esto hacía imposible que el Real Madrid pudiera filtrar ningún pase
y le dejaba como único recurso un disparo lejano de alguno de sus mediocentros,
o, como mucho, de sus interiores. Automáticamente, tanto Benzema como Ronaldo
quedaban desactivados y sumergidos en un mar de camisetas aurinegras.
La
respuesta de Mourinho ante esta situación fue contundente. El portugués decidió
adelantar un poco la posición de Sergio Ramos en ataque hasta convertirlo en un
engranaje más de la elaboración de juego. Desde la banda derecha, el sevillano
se juntaba con Alonso y Modric para pillar por sorpresa a los alemanes. Llamó
la atención esta medida táctica, que difícilmente hubiera podido llevar a cabo
con Arbeloa en el campo, pero la verdad es que aportó cosas interesantes al
Real Madrid. Sobre todo porque permitió a Di María moverse con mayor libertad.
El argentino se echó a la espalda a su equipo y comenzó a ser una auténtica
pesadilla. Sus diagonales fueron tormentosas, sus pases venenosos y sus
disparos amenazadores.
Pero
esta medida, aunque liberó a Di María, no logró desatascar al Madrid. Y lo que
es peor, permitió al Dortmund hacer por el flanco izquierdo lo que tan bien
estaba haciendo por el derecho: crear situaciones de superioridad. Que Essien
no es lateral izquierdo es por todos conocido. Que tenga carencias en esa
posición es algo normal. Que si no tiene ayudas es lo más parecido a un
coladero se comprobó el miércoles. Fueron inteligentísimos los jugadores del
Dortmund al hacer lo que, por otra parte, viene siendo habitual en ellos. El
juego por las bandas inclinó la balanza del lado alemán. Y la principal baza
fueron los grandes laterales que posee el club de la Cuenca del Ruhr. Piszczek,
acompañado por Reus y Götze, fue un puñal por la banda de Essien, que tan sólo
contaba con el tímido apoyo de Modric o Alonso mientras Ronaldo quedaba arriba
a la espera de una contra. Mientras, Grosskreutz y Götze aprovechaban los
huecos que dejaba Ramos para abrirle una autopista a Schmelzer. De la banda
derecha, gracias a una nueva situación de superioridad, nació un fantástico
centro de Götze que, tras el despeje de Casillas, Schemelzer transformó en el
segundo tanto borussen con una genial volea desde la frontal. No fue más que
el reflejo de lo que estaba siendo el partido.
Así se fraguó el segundo gol del Dortmund |
A
Jürgen Klopp le salió bien la jugada de repartir la posesión entre los dos
equipos, pero jamás hubiera ganado la partida de no ser por la soberbia
actuación que firmaron Bender, Reus, y especialmente, Kehl y Götze. El Borussia
fue muy superior en el aspecto técnico y arrasó en el táctico. Y todo ello
frente a un gran equipo como el Real Madrid y un entrenador como José Mourinho,
un estratega nato que esta vez tuvo que hincar la rodilla. No tuvo recursos
para contestar al gran trabajo alemán. Se vio impotente, carente de ideas a
pesar de los medios con los que disponía. Una gran derrota en toda regla. De
esta forma es imposible acabar con la maldición.
PabloG.
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