El
Barcelona salió con los tres puntos de un partido intenso. No fue brillante, no
fue muy divertido, pero intensidad si que tuvo. Y todo ello gracias al
planteamiento de Pellegrino, que plantó en el centro del campo una tela de
araña para impedir que el Barça desarrollara su juego. Y durante los primeros
minutos, cumplió con su objetivo, pero bastó un fogonazo de Adriano para
echarla abajo. El ex sevillista sacó de su bota derecha un potentísimo disparo
desde la esquina del área que entró como un obús por la escuadra de Diego Alves.
El tanto sirvió para que el Barcelona despertara y entrara por fin en el
partido para llevar las riendas. Entonces fue cuando se jugaron los mejores
minutos del encuentro. Porque cuando Messi tiene hambre, todo es posible. El
argentino llevó en volandas a su equipo creando peligro en todas y cada una de
las acciones ofensivas. Creó, tocó y disparó. Dominó en definitiva. Sólo faltó
el gol, y de ello tuvo buena culpa Fàbregas. El mediapunta catalán contó con
las mejores ocasiones para aumentar la renta de su equipo, pero estuvo muy
desafortunado de cara a portería. Llegó a tocar el palo con un balón picado que
culminó una gran jugada de Messi, pero peor suerte corrió en la segunda mitad,
tras una magnífica jugada individual de Alexis, cuando su disparo se fue alto
cuando lo tenía todo para marcar.
Esa
falta de gol la acusó el Barcelona, cuando empezó a relajarse. El partido se
fue durmiendo poco a poco y el Valencia comenzó a asomar por el área de Valdés.
Las ocasiones de Soldado, Feghouli y Jonas, fueron la antesala del gol anulado
a Víctor Ruiz. En ese instante el Barcelona se dio cuenta que el partido se
podía escapar. Era el momento de reaccionar y por eso entró en el campo el
mejor jugador de la temporada en Europa para dar temple al partido. Iniesta se
asoció con Xavi para mitigar los daños del apagón paulatino de Messi, que se
fue desinflando poco a poco. Sostuvo al Barça mientras pudo e hizo al equipo
recuperar su mejor nivel.
Pero
el Valencia no quería marcharse del Camp Nou de vacío. Fue incapaz de encadenar
cinco pases consecutivos durante todo el encuentro, pero aun así llevó bastante
peligro al marco de Valdés. Esa era la vía a explotar y Pellegrino lo sabía. Para
ello dio entrada a Gago, que actuó como director de orquesta, y al paraguayo
Valdez, en busca del gol. No buscaba ganar el partido mediante el dominio, buscaba
una ocasión clara que le diera un punto. Y, de hecho, la tuvo. La tuvo en su
cabeza Víctor Ruiz a la salida de un córner. El canterano periquito pudo haber
llevado el empate al marcador del Camp Nou, pero solo en el área después de que
el centro desde la izquierda dejara sin opciones a Valdés, mandó su testarazo unos
centímetros por encima del larguero. Ahí se terminó el partido, un partido que
se llevó el Barça con bastante sufrimiento por no saber cerrarlo, algo
bastante preocupante en el máximo aspirante a arrebatarle la liga al Real
Madrid.
PabloG.
Breve y bonito. Tienes la habilidad de sintetizar muy bien las crónicas, algo que me cuesta a mi, que a veces parecen mas una historia que una crónica. No tuve la oportunidad de ver el partido pero estamos viviendo un arranque similar al del año pasado, con Barça y Madrid sin estar a su máximo nivel, aunque en realidad el Madrid no necesita jugar bien para tener buenas sensaciones, le basta con la pegada. Hay mucha igualdad, tanto el resultado de la Supercopa como los cinco puntos de ventaja del Barça, no son más que un espejismo para lo que nos espera.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
EliminarNo te preocupes por eso, mira las crónicas que he hecho y antes y verás que a mí antes me pasaba lo mismo. Eso sólo tiene una solución: trabajo, trabajo y trabajo. Leer muchísimo y escribir más. Los resultados irán saliendo poco a poco.
Está claro, Barça y Madrid no están a su nivel. El Barça está sacando todos los puntos pero sin dar buenas sensaciones, mientras que el Madrid está sin rumbo. Y veremos a ver como sienta la pataleta de Ronaldo. Pero claro, estos equipos tienen que subir el nivel. Ojalá no fuera así, porque disfrutaríamos de una liga mucho más igualada en la que equipos como Valencia, Málaga, Sevilla o Atlético podrían disputar el campeonato, pero, por desgracia, no será así, y los equipos con presupuesto ilimitado volverán a imponerse al resto.