En
la noche de ayer, Italia logró el último pase a las semifinales en la tanda de
penaltis a costa de la pragmática Inglaterra de Roy Hodgson, que finalmente
recibió su merecido. Y no es que no se conciba ese fútbol donde la efectividad
prima sobre la brillantez, sino que Italia barrió a los pros desde el minuto
uno al ciento veinte con un juego pocas veces visto en una selección tan
tradicional como la italiana. Bien es cierto que Italia no siempre fue una
selección defensiva, pero ¿qué fue antes el huevo o la gallina? Como la
pregunta no tiene respuesta, mejor centrémonos en lo ayer acontecido, que no
fue poco, porque los que tuvimos la suerte de ver el partido podremos contar
algún día a nuestros hijos y nietos que vimos sobre el verde a un futbolista
único: Andrea Pirlo.
Quizá
ahora mismo no le demos la magnitud de importancia que merece la exhibición que
dio ayer el ‘21’ frente al férreo centro del campo inglés, pero puede que esas
imágenes se nos vengan a la memoria si por algún casual Gianluigi Buffon
terminara levantando la copa el próximo domingo. Y es que si Italia está en
semifinales es gracias a la magia que sale de las botas de Andrea, capaz de
contagiar a un grupo y a toda una nación con un par de toques a la pelota,
porque si esta selección juega como juega actualmente es debido a tres factores
fundamentales: la supremacía de España en el fútbol mundial, la valentía de
Cesare Prandelli, y, sobre todo, el talento de Pirlo, el único jugador cuya
calidad ya sobresalía entre el músculo de la Italia del ‘catenaccio’ y la pieza
angular del actual proyecto que parece caminar con buen pie. No nos olvidemos
que Pirlo siempre fue la rosa en el desierto de equipos tan toscos como el que
acabó siendo campeón en Alemania 2006, por lo que se le puede considerar el
precursor de esta escuela.
Recuerdo
que el año pasado me frotaba las manos cuando comenzó a sonar como futurible
para el Málaga, sólo de pensar en poder disfrutar en vivo de sus brochazos de
calidad. Finalmente terminó decantándose por la Juventus en una de las decisiones
más acertadas de su carrera, ya que en Turín ha vuelto a vivir una segunda
juventud de la mano de Conte como director de orquesta de un equipo bianconero
que sabe a lo que juega y que se ha coronado campeón de la Serie A y subcampeón
de la copa italiana con tan sólo una derrota en toda la temporada en Italia,
precisamente en la final del torneo del K.O. frente al Nápoles. Por eso no es
de extrañar que llegue a esta Eurocopa pletórico y en un estado de forma
excepcional para llevar a la Azzurra a lo más alto, y no cabe duda de que lo
logrará si sigue rindiendo de la manera que lo hizo frente al combinado inglés,
porque Andrea fue el mejor jugador del encuentro de principio a final. Y, seguramente,
si se hubiesen jugado un par de partidos más después, también. Pero no se
conformó con ser el canalizador ofensivo de Italia desde la medular y con
sembrar el pánico entre sus rivales con cada pase, por inofensivo que fuese.
No, el bresciano quería entrar en la historia de la máxima competición europea de
naciones por la puerta grande, por eso asumió la responsabilidad en la tanda de
penaltis en el momento justo, después del fallo de Montolivo. No había margen
de error y él lo sabía, pero es tanta la confianza que tiene en su clase que no
le tembló el pulso a la hora de engañar a Hart y a todos los espectadores, regalándonos
un toque sutil que entró con suavidad en la portería a la vez que como un
cuchillo en la moral inglesa. El resto ya lo puso el bueno de Gianluigi, otro
que tal baila.
Pero
volvamos a ponernos en la situación de que Italia fuese la campeona de este
precioso torneo que estamos viviendo. ¿Caerían en saco roto las exhibiciones de
Pirlo, o por el contrario no sería descabellado que presentara su candidatura
al próximo Balón de Oro? Sin duda, el tiempo nos dará la respuesta.
PabloG.
Excelente como describes a Pirlo, y es que ese partido que jugó ayer es de esos que se dan rara vez. Podría compararse con el de Zidane contra Brasil el 2006 o el de Ozil contra Inglaterra en el último mundial.
ResponderEliminarRealmente Pirlo es la joya del futbol italiano.
Muchísimas gracias, pero creo que es imposible describir a jugadores como Pirlo con palabras, ellos mismos se describen con pequeños detalles como ese penalti para la historia que nos dejó en el momento más crucial del torneo para su selección. La verdad es que sí, que me recordó a ese Zidane de 2006 que a falta de físico abrió el tarro de las esencias para llevar, una vez más, a su selección a lo más alto, sin ser esta nada especial y con una media de edad considerable. Mejor pinta tiene esta Italia, con jugadores jóvenes a la vez que contrastados. Veremos que ocurre, seguro que si no quedan campeones, por Pirlo no será.
EliminarDa la impresión de que Italia ha seguido los pasos de Alemania en modernizar su juego adaptando el estilo español a las características nacionales. Si eso es más que un espejismo, la formidable Mannschaft podría sufrir un descalabro y perderse la final. De hecho Alemania ha sido eliminada por Italia toda vez que se enfrentaron en la fase KO de un torneo mayor. Honestamente, eso lo espero tan poco como una derrota de España ante Cristiano Ronaldo. Posible es -desde luego- cualquier cosa.
ResponderEliminarLa verdad es que me parece estupendo que los viejos tanques de guerra pasen por el lavacoches de vez en cuando y se engalanen con un ambientador de pino nuevo, pero siempre sin borrar el escudo al que defienden. No creo que Alemania se deje sorprender por Italia, más que nada porque no espero que Italia se muestre tan alegre como frente a Inglaterra. Además de que este juego italiano lleva a penas un año o dos de rodaje y el alemán ya va para cuatro. Lo mismo opino de la otra eliminatoria, en la que creo (y espero, por el bien del fútbol y de los que queremos leer prensa deportiva tranquilamente) que España eliminará a Portugal, pero quién sabe, si por algo es grande este deporte es porque aquí no manda la racionalidad, sino los sentimientos.
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