Diez
años y más de 1000 millones de euros después del desembarco de Roman Abramovich
en Londres, el Chelsea logró en el día de ayer su segundo título europeo,
además, de manera consecutiva. El conjunto blue, de las tres finales que ha
disputado sumando las de la Champions y la Europa League, ha ganado dos, un 66%
por ciento de victorias. Pero hay un dato aún más interesante: ninguno de los
entrenadores que dirigieron al equipo en esas tres finales comenzó la temporada
en el banquillo. Es decir, fueron entrenadores interinos, de emergencia y como
transición ante el final de un macroproyecto.
El
hombre que comenzó la tradición fue el israelí Avram Grant. En la temporada
2007/08, José Mourinho fue fulminantemente destituido en la sexta jornada de la
Premier League. El motivo, más que los resultados, que hasta el momento estaban
siendo excelentes, fue que en el Chelsea se hartaron de las salidas de tono del
Special One. Sus problemas no fueron
tanto con Abramovich, sino con sus personas de confianza en la dirección del
club y los más reticentes a su regreso, Michael Emenalo y Marina
Granovskaia, el auténtico brazo fuerte del club. En ese momento, Grant dejó el
despacho que tenía como director deportivo de la entidad para asumir las
responsabilidades desde el banquillo. Dejó al equipo subcampeón de la Premier y
subcampeón de la Copa de la Liga. Pero su gran derrota, que no su gran fracaso,
se produjo en Moscú. Un resbalón del capitán John Terry desde los
once metros en la tanda de penaltis frente al Manchester United, convertido ya
en icono del fútbol mundial, le privó de convertirse en el primer entrenador de
la historia del Chelsea en alzar la Champions League. Quizá su fama de perdedor
pesó demasiado.
Con
la llegada de Vilas-Boas a Stamford Bridge a comienzos del verano de 2011, todo
eran sueños e ilusiones renovadas. Se ponía entre manos de un entrenador joven
aunque sobradamente preparado un proyecto a la altura del primer gran Chelsea
que condujo Mourinho. La idea era la misma: trabajar a largo plazo con grandes
talentos del fútbol mundial y un presupuesto casi ilimitado para lograr el gran
objetivo de la Champions League. Pero el sueño se volvió pesadilla demasiado
pronto. El vestuario viró en una salvaje oligarquía controlada por los pesos
pesados de la plantilla y terminó por devorar a Vilas-Boas y su pésima gestión.
Fue cuando su segundo, un viejo conocido del club como Roberto Di Matteo, tomó
las riendas del banquillo (¿las tomó realmente?). El técnico italiano, que
podría pasar a la historia como el entrenador más rácano de cuantos se han
visto, terminó la Premier en quinta posición, pero acabó ganando la FA Cup y el
santo grial del club: la Champions League.
Ante
esta situación, y probablemente sin estar del todo convencido, Roman Abramovich
le ofreció dos campañas más a Di Matteo. “I won it!” (“¡yo la gané!”), le dijo
con una sonrisa en la boca el italiano al propietario de su club en el palco de
Múnich, consciente de que tenía muchas papeletas de quedarse. Sí, las tenía,
pero aún más de marcharse al primer error que cometiera. Fue humillado por Falcao
en la Supercopa de Europa y dejó la Champions pendiente de un hilo en la fase de
grupos tras un escandaloso 3-0 frente a la Juventus. Su destitución fue
inmediata. Llegó Benítez, el “interino”, denominado así por el propio
Abramovich.
Los
comienzos no sólo no fueron fáciles, sino que fueron durísimos. En el Bridge le
aguardó cada fin de semana y desde el primer día un ambiente hostil que no propiciaba el clima de
trabajo necesario para elaborar un equipo que aspira a ser campeón. A pesar de
todo, Benítez siguió luchando. Así se escapó el Mundialito de Clubes, perdido
en la final ante el Corinthians. Pero Benítez no se rindió. Tiró de
ingenio para cohesionar sobre el césped una plantilla tan brillante como
descompensada, y con David Luiz en el centro del campo, logró asentar poco a
poco al equipo.
¿Quién
iba a imaginar que ese hombre, tan odiado por su propia afición tras un
excelente e imperdonable paso por el Liverpool, iba a llevar a su equipo a la
gloria? Ahora, la situación que se vivió hace unos días sobre el verde césped
del campo más azul de Londres es más cómica que nunca: los aficionados del
Chelsea pedían de vuelta a Mourinho en clara ofensa a Benítez. El madrileño ha
llevado al Chelsea a una final europea que además ha ganado, algo que jamás
hizo el portugués ocupando el banquillo blue. Cuando acabe la temporada,
Benítez se irá, pero con la cabeza bien alta. “¡Qué bello es ser interino!”,
pensará. Y razón no le falta.
PabloG.
benitez tuvo a favor la maldición de guttman, y el hecho de tener una muy buena plantilla
ResponderEliminaraun asi lo encuentro una gran técnico pero algo raton eso si
Cierto, Benítez es un gran técnico que a pesar de ello no destaca por ser especialmente ofensivo. De todos modos, excepto Vilas-Boas, ninguno de los aquí mencionados lo es especialmente.
Eliminaryo creo la verdad por el tipo de jugador que trae el Chelsea que el esquema ofensivo no va con el equipo, trae gente grande fuerte con musculo y cuerpo y con esa gente conviene mas jugar a lo Mourinho porque fuera de hazard y de oscar la gente del equipo no tiene un perfil por decirlo asi tipo barca, se basa mas en el físico el Chelsea.
EliminarEse es el problema: el Chelsea, más que futbolistas, tiene soldados. Eso es algo que está intentando cambiar poco a poco. Los Hazard, Oscar, Mata, jugadores que brillan con una exquisita calidad técnica. Ese es el camino a la grandeza. Pero de seguir o no ese camino dependerá la elección de Abramovich para el banquillo de su equipo. Mourinho no asegura esa continuidad, quizá otros técnicos sí.
EliminarYo creo que Abramivich en este momento esta llevando bien als cosas, la debacle del Chelsea en liga de camp es porque el cambio tan brusco a raíz del fichaje de hazard y oscar aparte de benayoun, gente mas de manejar el balón y no de correr
Eliminaryo creo que una buena idea para el banquilo del Chelsea es que traigan a un grande, Van Gaal, el cual puede darle continuidad al equipo y hacer que el Chelsea juegue al futbol
quizá lo único que le falta al equipo es afiatarse mas y traer un delantero apra meterle presión a Torres.
Como dije una excelente alternativa es Van Gaal
Van Gaal ahora mismo es el entrenador ideal para iniciar cualquier proyecto a largo plazo. No olvidemos que es el padre del actual Bayern, aunque después Heynckes lo haya perfeccionado.
Eliminarse perfectamente a que te refieres
EliminarVan Gaal seria la opción ideal,cuando deje a Holanda
en cuanto al real Madrid yo traería a Heynckes
se ve que esos viejos zorros como heynckes y van gaal vuelven a tener auge, luego de ser apartados por Mou y guardiola ahora han ido recuperando su lugar de honor
Por cierto, mira lo que publicó ayer el diario Marca, curioso, ¿no?:
Eliminarhttp://www.marca.com/2013/05/20/futbol/futbol_internacional/premier_league/1369063944.html
un cierto tapabocas para mi que opino que benitez es muy defensivo, no tenia idea de las estadísticas del Chelsea en cuanto a goles con benitez
ResponderEliminaropino que deberían dejarlo otra temporada porque lo ha hecho muy bien y veo un Chelsea tremendamente solo mirando incluso para llegar a las semis de la próxima champions y muy probable campeón de la premier
Una duda mas, que opinas de que el totenham se queda sin champions?
ResponderEliminarOjalá se pudiera quedar, pero creo que el Chelsea ya tiene sus planes demasiado marcados para el futuro.
EliminarQue el Tottenham se haya quedado fuera de la Champions no hace más que dejar patente el declive que está sufriendo la Premier. Que un equipo como el Arsenal, con la inmensa cantidad de problemas deportivos que ha tenido esta temporada, el peor de la era Wenger, haya llegado desde atrás y lo haya adelantado por la izquierda hasta el punto de poder quedar incluso en tercera posición en la última jornada, indica que el nivel de la liga ha decrecido considerablemente. La liga ahora mismo está partida entre dos colosos -los dos de Manchester, que luego en Europa se ha visto que no asustan tanto-, tres viejas glorias que aspiran a volver a lo más alto -Chelsea, Arsenal y Tottenham, con graves crisis deportivas- y el resto. Da pena incluir en ese resto al Liverpool y sus cinco copas de Europa, otro más engullido por el falso mito de la Premier como mejor liga del mundo.
De todos modos, creo que el Tottenham está en el buen camino. Con Vilas-Boas de entrenador, tarde o temprano llegarán los éxitos, de eso no tengo duda.