Triunfó la ley del mínimo esfuerzo en La Rosaleda
Derbi
andaluz en La Rosaleda entre dos equipos con presupuestos y equipos muy
distintos. El Málaga, con dieciséis puntos de los últimos dieciocho posibles,
recibía a un Betis sediento de victoria para espantar a los fantasmas del
descenso que empezaban a aparecer por el Benito Villamarín, tras los últimos
resultados cosechados por los de Mel.
El
Málaga dominó el encuentro desde el pitido inicial, teniendo absoluta
superioridad sobre su rival en todo momento, y contando con muchas
oportunidades que no supo aprovechar, la mayoría con Rondón como protagonista.
El venezolano tuvo en su mano el primer tanto en tres ocasiones durante la
primera mitad, pero entre la falta de puntería y el acierto del meta Fabricio,
no logró materializar ninguna.
A
pesar de su dominio, el Málaga se atascaba en la creación, con serios apuros a
la hora de acercarse claramente a portería, debido al entramado defensivo que
diseñó Pepe Mel con el fin de no salir derrotado del feudo malaguista. Ni Isco
ni Cazorla conseguían decodificar la defensa verdiblanca, y cuando mínimamente
lo lograban, Rondón no acertaba a introducir el balón en la portería bética.
Pero
la impotencia malaguista solamente podía incrementar de un modo: con un gol
visitante. Y, efectivamente, éste se produjo, aunque los verdiblancos no se
acercaron ni una vez a la meta defendida por Kameni.
El
tanto bético llegó tras un grave desajuste defensivo en una falta lateral
botada por Beñat que Rubén Castro, libre de marca, peinó suavemente en el área
pequeña al fondo de las mallas. El Málaga, dueño y señor del encuentro, se
quedaba perplejo ante el tanto visitante.
Pero
aún podía ser peor la noche para los malaguistas, y, de nuevo a balón parado,
llegó el segundo tanto de los verdiblancos, cuando, tras un fallo defensivo en
un córner, Dorado aprovechó el barullo para meter con la puntera el segundo
tanto de su equipo al filo del descanso, hundiendo aún más si cabe a los
locales.
Tras
la reanudación, Pellegrini quiso reconstruir a su equipo dando entrada a Duda
por la izquierda, sentando a Eliseu, muy desacertado durante toda la primera
mitad.
El
Málaga continuó con el empuje que había mostrado en la primera mitad, pero
seguía sin encontrar el premio del gol. Ni Isco, ni Cazorla ni Rondón lograban
abrir la lata para los suyos. El balón se paseaba por el área sin encontrar
rematador y ni si quiera Duda, que tuvo una de las más claras para su equipo,
logró introducir el esférico, topándose con el pie de Fabricio.
Ante
semejante falta de puntería, el Ingeniero decidió quemar sus naves y dar
entrada a Van Nistelrooy y Buonanotte, con el fin de mejorar el acierto de cara
al gol.
Mientras
tanto, el Betis se había atrincherado en su mitad del campo, con una línea de
cuatro y otra de cinco jugadores muy juntas, y sin ni siquiera salir con más de
un hombre al contrataque.
Ya
en los minutos finales, el Málaga decidió no colgar los balones a la olla y
seguir tocando con el fin de abrir hueco, a pesar de contar con dos delanteros
centros en el terreno de juego, algo que benefició al Betis que, encerrado
atrás, veía como corrían los minutos sin inquietarse en exceso ante el estéril
juego combinativo malaguista.
Al
final, importantísimo triunfo verdiblanco, que les permite respirar más
tranquilos, frente a un Málaga que lo dio todo pero no logró obtener la
recompensa del gol. El Betis se llevó los tres puntos de La Rosaleda haciendo
solamente dos ocasiones de gol, eso sí, bien materializadas.
ALINEACIONES
Málaga:
Kameni; Gámez, Mathijsen, Weligton, Monreal (75’
Buonanotte); Demichelis, Cazorla, Eliseu (45’ Duda), Isco; Seba (61’ Van
Nistelrooy), Rondón.
Betis:
Fabricio; Nelson, Amaya, Dorado, Nacho; Pereira, Beñat
(53’ Iriney), Cañas, Montero (58’ Juanma); Castro, Santa Cruz (77’ Matilla).
PabloG.
No hay comentarios:
Publicar un comentario