¡A la Champions oé!
Llegó
el momento más esperado en la vida de cualquier malaguista. Se acabó luchar por
la permanencia, se acabaron los sufrimientos, esta vez la última jornada de
liga traía de la mano otro tipo de nervios: en La Rosaleda se jugaba, hoy ya
definitivamente, la final por la Champions. En frente, un Sporting que dependía
de una carambola para mantener la categoría, pero que a pesar de eso, daría
guerra hasta el último minuto.
Antes
del partido, los aledaños del estadio se engalanaron y se bañaron del blanquiazul
de una afición entregada a su equipo. También se podían observar aficionados
asturianos, totalmente integrados en el ambiente festivo de sus “hermanos”
malaguistas, todo un ejemplo para el mundo del deporte. Málaga se preparaba
para hacer historia.
Ya
en el campo, tras los emocionantes cánticos previos y el himno que puso la piel
de gallina a todos los presentes, dio comienzo el espectáculo, ambos equipos
estaban a noventa minutos del cielo o del infierno. Comenzó dominando el
Málaga, algo que haría durante todo el encuentro ante un Sporting que se limitó
a defenderse del vendaval de juego malaguista. En los primeros minutos se pudo
ver a un Málaga muy metido en el encuentro, con mucha intensidad, liderado por
el temple de Cazorla y sobre todo por la calidad de Isco.
La
primera gran ocasión la tuvo Eliseu, con un fuerte disparo que se topó con una
gran estirada de Juan Pablo. Pero la gran ocasión del encuentro para los de
Pellegrini llegó tras un centro de Joaquín en una falta lateral que Rondón
convirtió en un perfecto remate que logró superar a Juan Pablo, pero que se
estrelló en el poste cuando todo el estadio cantaba el gol. La Rosaleda se
ponía nerviosa y se lamentaba de la ocasión perdida, pero no cesaba de animar.
Siguió
con su asedio el conjunto blanquiazul, que continuaba dominando a su rival con
un juego atractivo, como venía haciendo toda la temporada. Se sucedían las
ocasiones, pero todas confluían en un denominador común: el meta Juan Pablo. El
portero rojiblanco realizó una soberbia actuación durante todo el encuentro,
siendo un verdadero quebradero de cabeza para los delanteros malaguistas y el
sustento de un Sporting que se sabía en Segunda. Lo intentaron Isco, Rondón
Cazorla… ¡hasta Demichelis!, pero ninguno pudo superar al cancerbero que se lució
con auténticos paradones como el realizado a Cazorla al filo del descanso.
En
la segunda mitad, los de Pellegrini salieron a por todas con un empuje digno de
la ocasión. En tan sólo tres minutos, contó con tres ocasiones claras de gol,
dos de Joaquín y una última de Cazorla que Juan Pablo mandaría a córner. Pero
precisamente de ese córner saldría el que probablemente sea el gol más
importante de la historia del malaguismo. Cazorla sacó un centro preciso desde
la esquina que encontró en todo lo alto la cabeza de Salomón Rondón, y el
venezolano, esta vez sí, tras superar a Juan Pablo, introdujo el balón dentro
de la portería sportinguista. La Rosaleda perdió la cabeza y se dejo llevar por
el desenfreno del tanto que le hacía tocar la Champions con las dos manos. A
falta de cuarenta minutos para el final de liga, el Málaga se encontraba
cuarto.
No
cesaron en su empeño los boquerones tras el gol de Rondón, y siguieron acosando
al Sporting en busca de un segundo tanto que diese aún más tranquilidad a una
afición totalmente entregada a la causa. Lo siguió intentando el incombustible
Joaquín, que destrozó al rival por el costado derecho, también lo intentaron el
goleador Rondón y Santi Cazorla, e incluso el holandés Ruud Van Nistelrooy, en
sus últimos minutos como profesional en activo, pero no pudieron perforar la
meta de un Juan Pablo demasiado inspirado.
Ya
en los últimos minutos, la nota triste del encuentro la puso el arroyero Isco
que fue expulsado por doble amonestación después de realizar una fea entrada
tras llegar tarde al balón.
¡Y
por fin llegó el pitido final del árbitro, y Málaga entera vibró con la fiesta
de su equipo! Finalmente no hubo invasión de campo en un gesto de civismo de la
afición costasoleña. Tras uno serie de vítores y aplausos por parte de la
afición malacitana a sus compañeros sportinguistas, los héroes de la Champions
salieron de nuevo al césped con camisetas conmemorativas para realizar la
vuelta de honor. En ella hubo tiempo para todo, para los pases taurinos del
“matador” Joaquín, para las espectaculares volteretas de Kameni, para los
manteos a Van Nistelrooy… también salió el jeque Al-Thani, muy ovacionado por
esos seguidores a los que a hecho soñar como niños. El ambiente era histórico e
irrepetible. Afición y equipo se hicieron uno sólo para celebrar un hecho único
en la historia del malaguismo: Málaga es de Champions.
ALINEACIONES
Málaga:
Kameni; Gámez, Demichelis, Mathijsen, Monreal; Camacho, Cazorla, Eliseu (69’
Duda), Joaquín (86’ Sánchez), Isco; Rondón (75’ Rondón).
Sporting:
Juan
Pablo; Damián (45’ Orfila), Botía, Gregory, Menéndez; Gálvez, Lora, De las
Cuevas, Trejo (65’ Cases), Ayoze (45’ Colunga); Sangoy.
PabloG.
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