Seis meses
después de la final de la Champions y ya sin experimentos veraniegos de por
medio como en la Supercopa alemana, Borussia Dortmund y Bayern de Múnich se
vuelven a enfrentar. Es el partido del año en Alemania: Klopp contra Guardiola,
y, sobre todo, el regreso de Mario Götze al Westfalenstadion.
El fichaje
estrella del Bayern durante el pasado verano vivirá una situación muy
desagradable: verá como la que antes era su casa se transforma en un infierno
para él. Su traspaso al gigante bávaro no respondía únicamente a criterios
futbolísticos. Significaba arrancarle las entrañas al gran competidor. Götze
era la esencia del fantástico proyecto del Borussia Dortmund. En el club desde
los 9 años, su manera de entender el juego era la tecla clave que Klopp pulsaba
para hacer del BVB un equipo campeón. Los aurinegros le dieron todo lo que
necesitaba: un sueldo de estrella y un gran equipo formado en torno a él.
Sin
embargo, cuando el proyecto deportivo del Dortmund llegaba a un punto de no
retorno al alcanzar la final de la Champions, Mario dijo hasta luego. Hasta
luego al proyecto más ilusionante que se ha visto en los últimos años en el
fútbol mundial, hasta luego al crecimiento paciente y desmesurado del club, hasta
luego a una manera única de entender el fútbol, hasta luego al vencer con el
espectáculo siempre por delante. Su antigua afición, sin embargo, le dijo
adiós. Se sintió traicionado por el que sentían como su niño. Era presente,
pero sobre todo futuro, un futuro brillantísimo ligado a títulos y reconocimientos.
Götze no supo agradecer el trato que el Borussia Dortmund le dispensó y su
afición no lo olvida.
Tampoco
Klopp, descubridor y pulidor del diamante que se escondía en esa mina que es la
cantera del equipo de la Cuenca del Ruhr. Era su piedra angular, pero ha
logrado pasar página. La culpa la ha tenido un armenio de nombre impronunciable
y calidad para aburrir. Se llama Henrikh Mkhitaryan y ha elevado el juego del
BVB a otro nivel. Adiós pausa, hola vértigo. Y hola, vértigo al cuadrado. Su
llegada, junto a la de Aubameyang, han convertido al Dortmund en la fantasía
más oscura de Klopp: un equipo golpeador, contragolpeador y recontragolpeador.
Las ocasiones se suceden en ambas áreas, el espectáculo es una constante y su
equipo casi siempre sale victorioso. Todo perfecto.
Todo
excepto las lesiones, que esta temporada se han cebado con ellos. Hummels,
Schmelzer, Gündogan y Subotic –lesionado hasta final de temporada– se perderán
el trascendental duelo y Piszczek llegará muy justo. Esto trastoca bastante los
planes del bueno de Jürgen, que tendrá que ser más ingenioso que nunca para
formar un once competitivo si no quiere despedirse de la liga en noviembre.
Un Bayern mermado, pero made in Guardiola
No puede
hablar muy alto el Bayern, que tiene en la enfermería a dos de sus mayores
estrellas: Schweinsteiger y Ribèry. El francés, después de participar en la
épica clasificación de Francia para el Mundial, llegó con una costilla rota y
será baja. Una ocasión irrepetible para que dos futbolistas españoles den un
paso al frente y se echen el equipo a los hombros. Javi Martínez y Thiago
Alcántara tendrán vía libre para exhibir su calidad en un escenario
inmejorable. Una victoria del Bayern de Múnich en el Westfalenstadion daría un
golpe importante a la Bundesliga. Situaría al vigente campeón de Europa siete
puntos por encima de su inmediato perseguidor, una ventaja considerable a estas
alturas de campeonato.
A los
mandos de la nave un Guardiola que por fin ha conseguido acoplar lo mejor del
fútbol alemán a su filosofía. Su Bayern es una cosa totalmente distinta al que
se vio la temporada pasada con Heynckes, pero igual de apabullante. Golea,
arrolla, enamora y sigue en ascenso. Todavía no se ha visto su mejor versión, a
pesar de todo. Aún no se han amoldado completamente las piezas de su puzle, que
se han visto obligadas en muchos casos a reinventar su posición y casi su
fútbol. ¿Y Götze? También se encuentra todavía en un proceso de adaptación a su
nueva vida. Necesita dar un gran golpe que lo consagre como una estrella más
dentro de este fulgurante Bayern. Quién sabe si se producirá ante los que un
día soñaron con dominar Europa a su lado.
PabloG.
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